El pasado domingo 28 de agosto, en el Estadio Metropolitano de la ciudad de Mérida y ante la histórica institución de Estudiantes, el Real ESPPOR Club consiguió su primera victoria del Torneo Apertura 2011 con marcador de 5-0. Dicha reseña, breve y concisa, quedará por siempre en la memoria de Christopher Manuel Rivas Omaña, joven merengue que debutó y deslumbró en primera división aquella tarde, dando muestras del infinito talento que radica en las bases blancas.
Nacido en la ciudad de Caracas el 4 de junio de 1993, Christopher asegura haber sentido desde siempre una afinidad pasional por la práctica del balompié, disciplina que ha marcado sus años de vida como algo más que un deporte. “Mis primeros pasos dentro del fútbol fueron en el Colegio San Agustín del Marqués».
Agregó que tuvo «la oportunidad de arribar a un club como el Real ESPPOR con el que ya pude disfrutar de un título nacional Sub 20”, comentó el popular “Chino”.
Dicha trayectoria, exitosa por demás, ha venido respaldada desde el primer momento por un grupo familiar que, según el propio Christopher, ha sido un eslabón fundamental en su desarrollo como jugador. “Mi madre, Lisarys del Valle, y mi papá, Vladimir Salvador, han sido las figuras más importantes en mi desarrollo personal y profesional. Ellos siempre han estado allí ayudándome, aconsejándome y dándome todas las facilidades posibles para que yo continúe con mi carrera.
Añadió que «dentro del fútbol específicamente tuve la dicha de conocer y de ser entrenado la mayor parte de mi vida por el profesor Francesco Stífano. Él siempre ha buscado la forma de guiarme y hacerme saber cómo hacer las cosas bien”, sentenció el oriundo de Caracas.
«dentro del fútbol específicamente tuve la dicha de conocer y de ser entrenado la mayor parte de mi vida por el profesor Francesco Stífano. Él siempre ha buscado la forma de guiarme y hacerme saber cómo hacer las cosas bien”
Con respecto al ya mencionado debut en primera división, Rivas afirmó sentir haber cumplido al menos una pequeña cuota de un sueño que no hace más que empezar, aunque dicho reto no implique en absoluto sentir satisfacción ante lo ya logrado. “Fue una gran alegría debutar porque en parte fue una especie de recompensa por todo el esfuerzo que debe hacerse. Obviamente sentí nervios y ansiedad por hacer mi mejor demostración. Cuando comenzó el juego sólo podía pensar en ayudar al equipo a ganar, que era lo más importante. Por suerte se consiguió y fue una bonita experiencia”, expresó el Rivas.
“Fue una gran alegría debutar porque en parte fue una especie de recompensa por todo el esfuerzo que debe hacerse. Obviamente sentí nervios y ansiedad por hacer mi mejor demostración”.
Mostrando en todo momento la satisfacción que implica ser parte de una institución como el Real ESPPOR, Christopher se mantiene entregando toda su energía con el fin de engrosar la lista de talentos emergentes provenientes de una cantera que ya está acostumbrada a disfrutar de valores tan rescatables como el del “Chino” Rivas.
Tomado de: Prensa Real ESPPOR Club