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Los próximos siete meses

Para el final de las eliminatorias sudamericanas del Mundial faltan 12 partidos y dos años. Sin embargo, los siete puntos acumulados por la Vinotinto hasta ahora llevan al fútbol venezolano a sacar cuentas pensando en Brasil 2014.

En la actualidad, el jugar bien es entendido como una combinación de precisión, orden y despliegue físico, dejando apartado en buena medida lo que hizo al balompié tan popular en tantos lados: lo vistoso, lo virtuoso. Como el resultado es el que manda, el concepto que actualmente aplica Venezuela es válido para sumar y dar buenas demostraciones de juego.

Dentro de esa idea, la Vinotinto ha aprovechado de forma óptima su excelente momento físico y futbolístico. En la Copa América, con menos tiempo que entre las dobles jornadas premundialistas, la selección consolidó el bloque defensivo y entendió que la contundencia ofensiva cierra la ecuación del triunfo, lo que trasladó a los duelos siguientes.

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Los triunfos ante Argentina y Bolivia, junto al empate en Colombia invitan a la ilusión. No obstante, de inmediato llegan los peros, elementos que advierten, no que generan pesimismo sino un necesario guiño a la prudencia. La amplia pausa en el calendario oficial genera que los meses que vienen sean fuertes, fundamentales.

Es prácticamente empezar de cero. Es prácticamente hacer una pretemporada que con el paso de los días se antojará interminable. Cada espacio para partidos tendrá que ser aprovechado, cada jugador disponible tendrá que ser probado, en tiempos en que los rivales intentarán hacer lo mismo con sus propios métodos.

Arribar a junio de 2012 en el tercer lugar de la clasificación y con un país probablemente tan enfervorizado como está en este noviembre de 2011 serán puntos a favor. El margen para el error es mínimo y vistos desde la distancia de siete meses antes, los partidos del próximo año asoman como los que decidirán si Venezuela asistirá a su primer Mundial.

Por: Javier Rivera

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