El sistema de videoarbitraje fue por segundo día consecutivo protagonista en un partido del Mundial de Clubes de Japón, la semifinal que jugaron el Real Madrid y el América mexicano.
El nuevo método ensayado por la FIFA en el torneo fue de lo más comentado del encuentro, en el que el segundo gol del equipo español, marcado por Cristiano Ronaldo, se validó empleando el vídeo después de unos instantes de confusión sobre el terreno de juego.
Jugadores y técnicos volvieron a poner en duda la viabilidad o las limitaciones de este método experimental que por segunda vez generó confusión en el campo, los banquillos y la grada.
Sucedió cuando el partido agonizaba. James Rodríguez filtró en profundidad un pase a Cristiano, que aceleró al borde del fuera de juego y marcó con un disparo cruzado tras pisar el área.
Al no escuchar el silbato ni observar banderines levantados, el Balón de Oro celebró al instante el tanto con su característico salto giratorio.
Todo normal, hasta que el árbitro paraguayo Enrique Cáceres invalidó el gol medio minuto después para, a los pocos segundos, darlo por bueno de nuevo ante el despiste del Real Madrid, el América y los aficionados que estaban en el estadio Internacional de Yokohama.
El sistema emplea a una serie de asistentes que analizan imágenes de múltiples cámaras en una sala de control para resolver cuatro situaciones «polémicas»: si un gol es legal o no, posibles penaltis, si se debe expulsar o no a un jugador o si se está amonestando al futbolista equivocado.
El árbitro, sus asistentes y el grupo de la sala de control se comunican por medio de auriculares y micrófonos para comentar si es necesario analizar una acción concreta y así tomar después una decisión acorde con el análisis de las imágenes.
El polémico sistema ya sirvió en la víspera para conceder un penalti al Kashima Antlers nipón, un gol fundamental para que acabara imponiéndose en su semifinal por 0-3 al Atlético Nacional colombiano y se plantara en la final del torneo que jugará ante el Madrid.
La secuencia de los hechos fue sin embargo más complicada que la del gol de Cristiano y planteó muchas dudas sobre el sistema.
La pena máxima vino por el derribo de un defensor del Atlético Nacional sobre un atacante nipón tras el saque de una falta.
El árbitro, en ese caso el húngaro Victor Kassai, tuvo que esperar a que saliera el balón y pitó el penalti dos minutos después de que sucediera la acción, dos minutos en los que el equipo colombiano perfectamente podría haber anotado un gol, generando un caos monumental.
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Para añadir aún más dudas, la jugada mostró que el jugador objeto de falta se hallaba en fuera de juego posicional, dejando claro que aún con decisiones apoyadas por las cámaras, en el fútbol siguen sujetas a múltiples interpretaciones.
El pasado marzo la FIFA aprobó el uso experimental del vídeo y 12 países (Alemania, Australia, Bélgica, Brasil, Catar, Estados Unidos, Francia, Italia, México, Holanda, Portugal y República Checa) se apuntaron a probar este sistema que si es aprobado, pasaría a ser obligatorio en 2019.
EFE
Lavinotinto.com