Los centroasiáticos derrotaron por 2-1 a una decepcionante Kuwait y se situaron al frente del grupo A con seis puntos, seguidos por Qatar y China con tres, mientras que los kuwaitíes todavía no han puntuado.
Los dos países árabes se enfrentarán entre sí el próximo 16 de enero, mientras que China tratará de vencer a Uzbekistán con un ojo puesto en los kuwaitíes.
El héroe de Qatar fue delantero local Yusuf Ahmad, elegido mejor jugador del encuentro, que anotó los dos tantos de su equipo, el primero de ellos con una espectacular volea tras un excelente control orientado con la rodilla.
Bruno Metsu, técnico francés de los anfitriones, planteó un partido muy directo que sorprendió a una inconsistente China, sumergida en un periodo de reconstrucción.
Excelente en la presión, Qatar asfixió el medio campo de su rival y buscó con decisión la portería contraria.
Mediada la primera parte, llegó la jugada que levantó a los espectadores de sus asientos y dio a Qatar una ventaja que hasta entonces merecía por juego y ocasiones.
Yusuf Ahmad aprovechó un balón mal despejado por la defensa china en la línea de tres cuartos, controló el cuero con dificultad y, tras un sutil toque con la rodilla, soltó un zapatazo desde el borde que entró por una escuadra.
El gol desató la locura en el estadio Internacional Al-Khalifa, de Doha -que ni siquiera se llenó para ver a los anfitriones- y dejó sin norte a China.
La escuadra asiática quedó entonces a merced del ansia qatarí, que se llevó un segundo premio al filo del descanso cuando Yusuf Ahmad recibió de espaldas un pase en el balcón del área, se revolvió ante su defensor y cruzó el esférico raso al palo izquierdo de la meta defendida por Zeng Cheng.
Satisfecho con el resultado, el técnico francés ordenó bajar las revoluciones a su equipo y optó por contener y jugar al contraataque en la segunda parte.
De ahí hasta el final, China presionó con más intención pero erró de cara al gol, y en ningún momento pareció capaz de poder arreglar su pésima primera parte.
En el otro partido del grupo, Uzbekistán se impuso en una contienda muy igualada, con una parte para cada equipo, y que se resolvió en su favor gracias a una mejor efectividad de cara al gol.
El combinado uzbeko dominó por completo la primera mitad, en la que jugó con mucha soltura y desperdició varias ocasiones de marcar hasta que la fortuna vino en su rescate poco antes de que se llegara al descanso.
En el minuto 41, Maksim Shatskikh golpeó con dureza una falta directa al borde del área árabe y, en su trayectoria, la pelota rebotó en la espalda de su compañero de equipo Azizbek Haydarov y despistó al guardameta kuwaití.
Sabedores que la derrota reduciría prácticamente a cero sus opciones de pasar a la siguiente fase, la selección del Golfo salió más entonada en la segunda parte, dispuesta a aprovechar ese fútbol que le ha llevado a progresar en los últimos años.
La entrada del delantero Hamad Nayef dio más mordiente y algo más de profundidad al grupo que dirige el croata Goran Tufegdzic y permitió ver un partido más vistoso, con cierta emoción en los minutos finales.
Precisamente, Nayef estuvo apunto de marcar a escasos segundos de la reanudación, y fue el protagonista del empate cuatro minutos después al forzar un penalti que transformó en gol su compañero Al-Mutwa.
Sin embargo, la alegría duró poco entre los menos de mil aficionados kuwaitíes que se congregaron en el estadio Al-Gharafa de Doha.
En el minuto 65, Djeparov, considerado el mejor jugador de Asia en 2010, aprovechó un hueco en la defensa kuwaití para armar con rapidez su pierna izquierda al borde del área y mandar el balón a las mallas.
