Bélgica, selección llamada a ser ‘revelación’, no gustó en su primera presentación frente a Argelia pese a lograr el triunfo 1-2. Este domingo, ante Rusia, tampoco ofreció su mejor versión, más de un susto se llevó durante los 90 minutos, sin embargo, el banquillo de suplentes volvió a ser efectivo para Wilmots, tal como ocurriera ante los zorros del desierto con la entrada de Mertens y Fellaini.
El ingreso de Divock Origi marcó un antes y un después en el funcionamiento de los diablos rojos, pues su gol llegó en la recta final, cuando más apretaba Bélgica y cuando menos resistían los dirigidos por Fabio Capello. Un pase desde la banda izquierda de Eden Hazard -bastante ausente durante el encuentro-, encontró solo al delantero que, sin titubear, golpeó de derecha y encajó el balón al primer palo de Akinfeev.
El tanto dio a Bélgica el pase a octavos de final, pero sigue sin superar las expectativas puestas sobre un equipo de grandes figuras que aun no explota todo su potencial.
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Foto: EFE
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