El presidente francés François Hollande se reunirá el jueves en el Elíseo con los propietarios de los clubes de fútbol profesional, que convocaron una huelga para finales de noviembre si el gobierno mantiene un nuevo impuesto al 75% para los ingresos que superen el millón de euros.
El fútbol francés, que vivió su última huelga en 1972 (los jugadores pedían que se reconocieran sus derechos contractuales), ¿logrará evitar esta medida extrema?
A la cita acudirán los presidentes de la Federación Francesa de Fútbol (FFF) y de la Liga de Fútbol Profesional (LFP), Noël Le Graët y Frédéric Thiriez, acompañados por seis presidentes de clubes y otros actores del mundo del fútbol, que serán recibidos por François Hollande.
“El objetivo es explicar bien nuestra situación al presidente de la República, de tener una discusión, de que se nos escuche, de buscar una salida”, declaró este miércoles a la AFP Jean-Pierre Louvel, presidente del sindicato de clubes profesionales UCPF y uno de los participantes en la reunión del jueves.
El pasado jueves, los dirigentes del fútbol votaron a favor de una huelga en la primera y segunda división francesa entre el 29 de noviembre y el 2 de diciembre.
El fútbol profesional francés clama contra el proyecto del gobierno de aplicar una tasa del 75% a todos los ingresos de los contribuyentes que excedan el millón de euros anuales.
De aplicarse la medida al fútbol, los clubes han calculado que representará una carga total de 44 millones de euros para los clubes de la Ligue 1, en base a los salarios que perciben los 120 jugadores de los 14 equipos afectados.
Esta medida fiscal llega en un periodo de crisis económica general, que ha provocado que las pérdidas de los clubes profesionales ascendiesen a los 108 millones de euros sólo durante el ejercicio 2011/2012.
Para el gobierno es impensable echarse atrás en una medida que fue una de las claves que llevaron a Hollande a la presidencia del país.
Los patronos del fútbol no pedirán este jueves la retirada de la medida, sino negociar la supresión de la retroactividad inscrita en el proyecto de ley, es decir, que los clubes aceptarían la aplicación de la medida en los nuevos contratos, pero no en aquellos que ya están firmados.
Los clubes defienden su postura en base a un sondeo publicado este miércoles en el que el 67% de los franceses consideran que deben ser los propios futbolistas los que paguen ese impuesto y no sus equipos.
Es una primera batalla ganada por los clubes en medio de una guerra de opinión pública, que no ve con buenos ojos una huelga de un sector tan privilegiado como el fútbol, en el que destacan los fichajes faraónicos de clubes como el París SG y el Mónaco, nuevos ricos en el fútbol francés.
Las presiones a Hollande llegan desde los dos lados. La huelga “es incomprensible para los franceses”, aseguró el presidente del grupo socialista en la Asamblea Nacional Bruno Le Roux.
“El fútbol francés pagó el año pasado 700 millones de euro en cargas sociales y destinó 130 millones de euros a título de solidaridad al deporte amateur”, respondió Louvel.
AFP
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