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El splitfinger es el éxito de Jean Machí

Era el décimo tercer episodio del lunes, casi a medianoche, cuando Bruce Bochy, estratega de los Gigantes de San Francisco, no tenía más ninguna otra opción que agotar debido al largo encuentro.

Era colocar a Jean Machí, su lanzador para ese momento, o poner a Tim Hudson en la caja de bateo y todo dependía del turno de Juan Pérez, quien había entrado previamente como corredor emergente y se quedó defendiendo el jardín izquierdo.

Dave Righetti, coach de pitcheo, se le acercó a Machí para indicarle que tocara la pelota después que Jared Hughes, serpentinero de los bucaneros, había pasado por bolas a Pérez.

El relevista venezolano tocó magistralmente la pelota por tercera base pero el rebote fue lento, entre el pitcher y el receptor, Hughes bajó rápidamente pero el disparo a la primera base fue errático. El criollo quedó a salvo en la inicial y Hunter Pence, quien estaba en el segundo cojín, anotó aprovechando el pecado para concretar una magistral remontada de siete anotaciones.

“El lanzador se confió un poquito y gracias a Di-s pude ver cuando venía a buscar la bola”, describió Machí a través del teléfono en la tarde siguiente a su gesta. “Vi que venía lento y apreté un poquito el corring hacia primera y ocasioné que tirara la pelota un poquito mal. Se me dio la oportunidad de ese toque y afortunadamente todo me salió bien”.

Al magallanero le tomó poco más de cinco semanas conseguir su quinto lauro del año, cifra que era al amanecer del lunes un tope para cualquier lanzador de la Liga Nacional, compartido con Adam Wainwright y Zack Greinke, los ases de San Luis y Los Ángeles, nada menos. En su faena del lunes tiró dos capítulos, aceptó tres hits y pasó por strikes a dos de sus rivales.

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“Estoy agradecido y contento por la oportunidad que me ha brindado el mánager”, apuntó el derecho. “Siempre me trae con el juego cerrado, empatado o perdiendo por una. Siempre estoy ahí metido en el partido y después reaccionamos, hacemos carreras y salgo con la victoria. Gracias a Di-s el mánager me ha dado esa confianza y eso es bueno”.

Los ganados no definen la calidad de la zafra que está cursando el anzoatiguense, ciertamente, pero el nativo solo ha alojado una rayita en 17 entradas de labor, apenas ha concedido tres bases por bolas, ha guillotinado a trece oponentes, su efectividad es 0.53, su WHIP 0.88 y su efectividad ajustada es 622, es decir, 522 puntos por encima del promedio de la liga y solo por detrás de Scott Carroll, en todo el béisbol.

“He podido tirar strikes y eso es lo importante”, sentenció el apagafuegos de los californianos. “He sacado los outs lo más rápido que se pueda y esa es la constancia de hoy en día que me ha permitido estar bien”.

Fangraphs.com ofrece otras pistas del éxito que ha disfrutado Machí hasta ahora.

Un total del 54.1% de los batazos que recibió el criollo en 2013 fueron rodados y esa cifra se ha incrementado a 65.1% en la campaña en curso, ocasionando, al mismo tiempo, que los elevados que le conectan al diestro se reduzcan al punto que en un año ha pasado de una paridad del 25.9% a 16.3%, en ese renglón.

Cuando lanzo la split siempre me dan rollings, ese es mi segundo pitcheo, el primero es la recta pero con ella me dan muchos elevados”, confesó Machí a través del hilo telefónico. “Estoy trabajando un poquito más con el secundario y lo voy a seguir usando porque eso me ha dado resultados”.

Machí pasó de utilizar ese envío en 36.7%, en la justa anterior, a emplearlo en 50% en el torneo actual, mientras que el uso de la recta ha pasado de 51.7% a 39.5%, de acuerdo a Fangraphs.com.

“Aprendí esto más que todo cuando me subieron a grandes ligas y es un pitcheo que puedo utilizar en cualquier conteo”, concluyó el venezolano.

Por Marcos Grunfeld
Foto: Zimbio.com
Lavinotinto.com

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