La presentación de la Vinotinto ante
Paraguay dejó una buena sensación a
pesar de la derrota. Sólo los penales
pudieron alejar de la final de la Copa
América a un equipo que presentó
mejores armas que su par guaraní.
La primera parte fue difícil de digerir. La presión que acompaña a un compromiso de esta entidad controló el accionar de ambos conjuntos. Por ello, las imprecisiones fueron constantes, enmarcadas en pocas ocasiones de gol. La albirroja dominó en los pasajes iniciales, pero luego, el cuadro nacional logró tomar el balón y hasta anotó, aunque el tanto fue invalidado.
El segundo período no varió mucho las cosas. Los errores se siguieron acumulando y los rivales no pudieron desplegar su mejor juego. Venezuela hizo los cambios para reforzar el sector ofensivo y buscó el gol que le diese la clasificación sin ir a la prórroga. Al terminar el período regular, el conjunto criollo lució más entero para afrontar una instancia inédita.
La Vinotinto desplegó sus mejores armas en los 30 minutos siguientes. Varios remates en los palos y la intervención certera del guardameta paraguayo impidieron que la selección ganase antes de los penales. La supremacía patria aumentó con la ventaja numérica, la ansiedad era bien llevada por un once que atacó constantemente a un adversario resignado a jugarse su futuro en los penales.
En esa definición, Paraguay sacó a relucir su experiencia y la efectividad de sus cobradores. El tercer lanzamiento, ejecutado por Franklin Lucena, fue detenido por Justo Villar. Fue suficiente para sellar la eliminación venezolana y darle a los de rojo y blanco su pase a la final del domingo. La tristeza fue ensombrecida por los golpes del final, en medio de la confusión generalizada.
Aunque resta el duelo ante Perú por el tercer lugar del certamen, la campaña de Venezuela ya quedará en el recuerdo. En la semifinal, el equipo no se escondió. Cuando pudo asentarse en el campo, sacarse la tensión propia de un evento tan importante, enseñó la mejor cara de toda la Copa, con un balompié punzante, práctico, sustentado en el orden y la concentración.
El país entero se paralizó por 120 minutos. La impactante presencia de la selección vinotinto en la semifinal continental hermanó a muchos. Para el futuro inmediato, lo enseñado hasta ahora en Argentina es una buena noticia, el once criollo plasmó en las canchas sureñas actitud, táctica, respuesta ante las situaciones adversas y dejó la sensación de ser un conjunto ganador, que está listo para los grandes retos.