La ‘garra charrúa’, el ADN de la selección uruguaya que ayer salió a relucir a plenitud durante la última media hora del partido que perdió con Argentina, necesita una aleación de gol y suerte para sustituir al capitán Diego Godín, si quiere pasar a cuartos de final este sábado a expensas de Paraguay.
Un gol en contra necesitaron los uruguayos para abrirse la camisa, darse unos golpes en pecho e ir a empatar el partido, misión que estuvo a punto de cumplir sobre el final en dos ataques claros.
Fue el mejor momento del equipo aguerrido e incómodo que amenaza por alto y que no necesita hacer un juego bonito ni tocar mucho la bola para crear ocasiones de gol.
Pero el coraje uruguayo, su famosa ‘garra charrúa’ que necesita resistencia al sufrimiento, como el que pasó la Celeste durante la hora en que permaneció agazapada repeliendo el ataque argentino, urge ahora una fuerte dosis de gol para superar a Paraguay, rival que llega en mejor posición para sellar la clasificación.
El seleccionador uruguayo, Óscar Washington Tabárez, llama a esta actitud conservadora “fútbol de respuesta”, aunque para muchos analistas en realidad no ofrece respuesta.
Fueron repetidas las ocasiones en las que Tabárez alabó previamente el potencial ofensivo de Argentina, y quizá por ello se protegió de entrada con un planteamiento que renunció a la iniciativa en ataque para concentrarse en contener el juego rival.
La estrategia daba fruto. Uruguay se bastaba con igualar tras sumar tres puntos en la primera jornada mientras que Argentina urgía ganar por haber empatado en el debut 2-2 un partido que ganaba por 2-0 en el descanso. Los minutos pasaban ayer en La Serena sin que Argentina marcara.
Pero el gol de Sergio Agüero obligó al equipo Celeste a mostrar que tiene algo más que ofrecer en esta Copa América, y que con algo de ambición puede cambiar la historia de un partido y poner en serios apuros a su rival.
Tabárez cambió de cromos y quitó el corsé defensivo a su equipo.
Sentó a Nicolás Lodeiro, el hombre con más visión del grupo pero desperdiciado hasta ese momento para presionar en punta, y a Christian Rodríguez, que no rindió como en el debut, para dar paso al delantero Abel Hernández y al volante Carlos Sánchez.
Uruguay adelantó líneas, abrió el balón por las bandas y lo intentó desde la frontal del área.
Sin necesidad de bailar la pelota, con mas empuje y corazón, los charrúas gestaron varias oportunidades de gol.
Y esa tónica, esa manera de jugar es la que Tabárez espera privilegiar en el crucial partido contra Paraguay, porque no habrá mañana y porque el rival tiene un punto más, los mismos cuatro que Argentina, que cerrará su presentación en la fase de grupos con Jamaica, colista sin puntos al cabo de dos salidas.
“Esa última parte (del partido con Argentina) me da esperanza. En el partido en el que nos jugamos la clasificación tenemos que aprovechar cosas que se vieron en éste”, manifestó ‘el Maestro’ tras el choque del martes en La Serena.
El técnico, para quien el fútbol “es crear ocasiones y defenderse bien”, parece tener claro que no le bastará esperar atrás el sábado.
Además no tendrá a su principal referente en la retaguardia, el capitán Diego Godín, que vio la segunda tarjeta amarilla y se perderá el choque decisivo de la tercera jornada.
El otro central titular del equipo, José María Giménez, quedó doblegado sobre el césped, dolido por el gol de Agüero, que se adelantó a su marca, si bien Tabárez manifestó que el tanto fue más por mérito de Aguero que por un error defensivo.
EFE
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