La selección de Perú apelará a la experiencia de sus jugadores más veteranos y a la ilusión de sus incipientes talentos para sorprender a los favoritos de la Copa América de Chile, donde el combinado rojiblanco defenderá el tercer puesto logrado en la pasada edición, su mejor resultado desde 1979.
Perú se enfrentará en el Grupo C a Brasil y Colombia, dos aspirantes al título que alcanzaron las semifinales y los cuartos de final de la Copa del Mundo de 2014, respectivamente, y también a Venezuela, que recientemente les ganó en un partido amistoso disputado en marzo.
Por si la dificultad de sus rivales no fuera suficiente, la selección peruana tiene el obstáculo añadido de estar inmerso en un profundo proceso de renovación iniciado con la contratación del entrenador argentino Ricardo Gareca solo tres meses antes del inicio de la Copa América.
Gareca tiene la misión de reanimar un equipo adolecido de compromiso durante los últimos años y deberá lograrlo mientras consolida en la Copa América un cambio generacional entre los referentes de la selección de la última década y los jóvenes valores, llamados a liderar el combinado nacional a corto plazo.
Para algunos veteranos, esta será su última participación en un torneo internacional de selecciones, como es el caso del capitán Claudio Pizarro, delantero del Bayern de Múnich, quien a sus 36 años, ya se aproxima a su retiro.
Pizarro llega al campeonato sin apenas continuidad en el equipo alemán, donde esta temporada disputó apenas 370 minutos de juego, pero para Gareca no es problema, al argumentar que «se mantiene en un buen estado de forma».
El extremo derecho Jefferson Farfán, del Schalke 04 alemán, está en una circunstancia similar tras pasarse lesionado los siete primeros meses de la campaña por una complicada lesión en el cartílago de su rodilla derecha, de la que «ya está plenamente recuperado», según el seleccionador.
En la situación opuesta está el delantero Paolo Guerrero, recién llegado al Corinthians brasileño, quien inició el año con su puntería afinada, y en la Copa América tendrá el reto personal de anotar cinco goles para alcanzar así a Teófilo Cubillas como máximo goleador histórico de la selección peruana, con veintiséis tantos.
Para infligir más ímpetu al combinado peruano, Gareca convocó a un amplio grupo de jóvenes futbolistas, pero entre ellos no está el centrocampista Renato Tapia, del Twente holandés, lesionado en mayo al sufrir un esguince de su rodilla izquierda.
Se esperaba que ante la ausencia de Tapia el testigo lo tomara el centrocampista Cristian Benavente, del Real Madrid Castilla, pero Gareca acabó con las conjeturas al dejarle por fuera de su lista definitiva de veintitrés para encarar el torneo.
El entrenador argentino sabe que será difícil repetir la actuación que Perú logró con el entrenador uruguayo Sergio Markarián en 2011, pero aseguró que su equipo tiene esa idea «y también las condiciones para llegar hasta la instancias finales» del torneo.
«Tenemos que comprometernos en lo que significa jugar en equipo», dijo Gareca, quien desde su llegada a Perú afirmó que «lo que más» le llevó a aceptar este reto fue «creer en el jugador peruano», al que definió como un futbolista con «talento, técnica y condiciones para jugar bien».
Esas virtudes del futbolista peruano a las que Gareca hizo referencia se vieron en su máximo esplendor en los dos títulos de Copa América conquistados en 1939 y 1975, ganados en las dos únicas ocasiones que Perú alcanzó la final del torneo.
EFE
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