Con solo ubicar La Sabana en Google Maps o Waze, la maravillosa modernidad tecnológica lo guiará hasta las paradisíacas playas de la zona central-costera de Venezuela, probablemente una de las pocas en las que hay que subir para llegar a la orilla del mar.
Una vez allí solo hace falta consultar a la primera persona que encuentre cómo ubicar a “Cachete”.
El mote le pertenece al progenitor de Ronald Acuña, quien es homónimo de su hijo, la actual sensación de MLB.
Venezuela es el hogar de más de 350 grandeligas, quienes han nacido a lo largo de su territorio, pero es posible que no haya un pueblo específico con más tradición en materia peloteril que La Sabana, una población ubicada a poco más de dos horas de Caracas.
“Este es nuestro San Pedro de Macorís”, dijo acertadamente Winder Castro, amigo de los Acuña, en referencia a la provincia dominicana también famosa por su apego al béisbol.
En La Sabana han nacido siete grandeligas del país de Miguel Cabrera, varios han incursionado en el béisbol profesional y otros se están desarrollando para seguir los pasos de sus antecesores.
Es tanta la conexión con este deporte que, apenas usted llega al pueblo, es posible que consiga a varios habitantes uniformados con la franela azul del uniforme de la Academia Escobar, la de Kelvim y Alcides.
“Aquí está el secreto”, sentenció Ronald Acuña, padre, sentado en el campo donde creció su vástago, mientras señala con su dedo índice de la mano izquierda a los más pequeños del pueblo, quienes disfrutaban la visita de Univisión Deportes. “Eso empieza allí, no cuando salen en televisión. A lo mejor ellos ni les pasará por la mente que algún día firmarán, pero todo comienza allí”.
Acuña Jr. era hace poco uno de esos niños que soñaba con seguir los pasos de Kelvim, Alcides, Edwin, José, Ángel Escobar y Vicente Campos.
Esta semana se cumplió lo que tanto deseaba al recibir el llamado de los Bravos de Atlanta y unirse a la legión de sus primos.
“Desde que me lo sacaron del vientre a él le gustó el béisbol”, contó Leonelis Blanco, madre del mejor prospecto del béisbol. ““Yo tenía una pelea constante con él. Se lanzaba al estadio hasta las siete de la noche, sin comer y no hacía más nada. Si hacían diez caimaneras en el día, las diez las jugaba”.
“A él le encanta esto”, completó alias Cachete. “Y ahora le gusta más”.
Por ello la ocasión merecía una celebración a lo grande y La Sabana amaneció el miércoles festejando el logro de su séptimo retoño en las Grandes Ligas.
Solo faltó el protagonista y Alcides, actualmente con los Reales de Kansas City.
Por ello aquello solo fue la primera parte, porque todos se encontrarán en diciembre en La Sabana.
“Todas las Navidades las pasamos aquí en familia”, contó Acuña, padre. “Desde Kelvim hasta Edwin, siempre nos reunimos aquí”.
Por: Marcos Grunfeld
Lavinotinto.com
Fotos: Marcos Grunfeld / Paula Fabarón / Zimbio.com
