La racha de 18 partidos consecutivos de hit que lleva el segunda base venezolano José Altuve, de los Astros de Houston, se convirtió de nuevo en la gran sorpresa positiva dentro del béisbol de las mayores.
No hay que mirar nada más que los números que posee Altuve con promedio de 431 en la ruta, 494 en julio y 365 desde que se iniciaron las acciones en la temporada, el mejor de las Grandes Ligas, para comprender que se está ante un jugador especial con un poder especial en su bate.
Altuve lleva una racha de bateo, también. Extendió a 18 su cadena de partidos seguidos conectando de hit. En ese lapso, lleva promedio de 513, algo espectacular.
Lo anterior significa que hasta para el estándar del dos veces campeón de bateo de la Liga Americana y alguien que tiene 112 imparables más que cualquier otro pelotero desde el Día Inaugural del 2014.
La razón del éxito es que Altuve hace todo eso con una alegría contagiosa, producto de su amor por el juego y de haber llegado a este punto después de que múltiples escuchas en Venezuela pensaban que era demasiado pequeño para jugar a nivel profesional.
Con estatura de un metro y 68 centímetros, Altuve podría estar rumbo a ganarle la partida a Aaron Judge (de dos metros) por el premio al Jugador Más Valioso (MVP) de la Liga Americana.
Al menos se acercó al toletero de los Yanquis de Nueva York en ese sentido con su increíble racha.
«Puede manejar cualquier pitcheo, en cualquier momento y con cualquier localización», declaro A.J. Hinch, piloto de los Astros. «Puede manejar lanzamientos fuera de la zona, dentro de la zona. No lo alteran tampoco los rompientes».
Todo cambió con Altuve después que el pelotero venezolano bateó 283 en el 2013, no se mostró conforme con su juego y entonces decidió cambiar casi todo.
Altuve perdió peso ese invierno, se centró en la nutrición y fuerza. Y con la ayuda de John Mallee, el ex instructor de bateo de los Astros, creó una rutina diaria que consistió de estudio de vídeos y horas de trabajo en las jaulas de bateo.
Altuve subió a otro nivel y ganó su primer título de bateo en el 2014, con promedio de 341, Mallee dejó a los Astros para unirse a los Cachorros después de dicha campaña. Desde entonces, Altuve siguió afinando su rutina y su mentalidad.
Lo anterior le dio una preparación única que cada día mejora y le hace ser uno de los peloteros más temidos que hay actualmente en las Grandes Ligas porque siempre que se enfrenta a los lanzadores es para descifrarles lo que le envíen y hacer contacto con la pelota.
«Una cosa que se aprende de él es que nunca se conforma», admitió el torpedero de Houston, el puertorriqueño Carlos Correa, que ahora es baja por lesión.
Aun viéndolo acumular 782 imparables durante las últimas cuatro temporadas (el que le sigue es Charlie Blackmon con 670), los amigos y compañeros de Altuve afirman que se maravillan con la forma en que el segunda base sabe ajustarse a los pitcheos altos o bajitos, adentro o afuera, para hacer contacto.
Altuve batea 381 ante las rectas de cuatro costuras, 244 con las curvas y 275 contra los sliders. Sin importar el pitcheo, cuando un lanzador deja la bola en la zona de bateo de Altuve, el venezolano falla poco.
«No hay forma de hacerle out», señaló Hinch a los periodistas. «Con la mayoría de los bateadores de Grandes Ligas, hay un hueco en su swing. Con José, es un misterio tanto para nosotros como para nuestros oponentes».
Altuve subió a las Grandes Ligas por primera vez en el 2011, cuando Houston empezaba una racha de tres campañas consecutivas de 100 derrotas o más.
Desde esos tiempos, Altuve vio a la franquicia evolucionar hasta el punto de convertirse en uno de los mejores equipos de las Mayores, con récord de 67-34 en el 2017 y ventaja de 17 juegos como puntero en el Oeste de la Liga Americana.
Cuando Altuve, de 27 años, participó en su quinto Juego de Estrellas este mes, afirmó que aún estaba creciendo como jugador y que la medida de un pelotero no era unos pocos Juegos de Estrellas, sino una década de ellos.
Para Altuve, eso es lo que separa a algunos jugadores de otros. Y después de los tiempos oscuros a nivel colectivo en Houston, los Astros tienen metas pendientes en octubre.
Mientras tanto, Altuve continúa repartiendo sus batazos por todo el terreno. Lleva 13 juegos de más de un hit en sus últimos 16 choques, incluyendo tres imparables en seis ocasiones y cuatro indiscutibles dos veces.
EFE
Foto: AstrosdeHouston.com
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