Para nadie es un secreto que en los últimos años, grandes sectores del fútbol nacional venezolano se han mantenido en constante progreso y cambio; apoyo de los medios de comunicación hacia el balompié criollo, asistencia a mundiales de fútbol en categorías inferiores – tanto masculina como femenina -, lo cual se ha convertido en algo representativo en esta disciplina, talento de exportación a nivel internacional, crecimiento de la selección mayor, apoyo gubernamental en el sector económico del deporte y pautas para el desarrollo académico de los instructores y directivos.
Todo este contexto anteriormente citado ha hecho que la disciplina del fútbol haya tomado fuerza en diversos rincones del país, reconociendo que Venezuela es un país beisbolero por excelencia, donde otros deportes han quedado mermados por la fuerza que tiene la pelota criolla.
Si bien es cierto que todavía falta muchísimo para poder hablar de cultura futbolística en Venezuela, se puede hablar de la práctica del balompié cuando la sociedad observa a atletas – independientemente de su clase – practicando fútbol en su localidad, barrio, colegio, institución, universidad. Este panorama ha creado un sentimiento de identificación con la camiseta vinotinto y creyendo que podrían en algún momento de su vida militar en el fútbol profesional.
En ese contexto, el Unión Atlético Falcón (UAF), equipo de la segunda división del fútbol nacional venezolano ha sido un claro ejemplo. Falcón – uno de los estados ubicado al noroeste del país – se ha caracterizado por tener mayor actividad dentro de otros deportes, no obstante, el fútbol ha tomado importancia gracias a los diversos fenómenos citados anteriormente.
Siendo un equipo que milita en la categoría de plata, cuenta con un sistema de categorías inferiores – desde sub-6 hasta sub-20 -, reflejando que ha sido una institución que se ha caracterizado por formar a los más pequeños con el sueño de que los futbolistas falconianos puedan hacer vida y explotar en el fútbol profesional. Los profesores encargados de impartir clases militan en el equipo se segunda, para poder transferir esa experiencia y jerarquía a los más pequeños. En ese orden, José Enciso Medrano, mediocampista del UAF se encarga de clases a los niños de la sub-6 y sub-8.
Aunque en los medios y en los canales informativos aparece muy poca información sobre su fundación, el Unión Atlético Falcón nació a finales de 2006 en la localidad de Santa Ana de Coro tras un sueño de sus directivos. A pesar que para esa fecha hacía vida en la segunda división, bajó rápidamente a tercera división debido a que era un equipo amateur y no tenía la institucionalidad necesaria para ser un equipo profesional de Fútbol. Con la desaparición del extinto Coro F.C, el UAF se convirtió en el único equipo que hace vida en el fútbol nacional.
Su registro entre los años 2006 – 2011 fue poco alentador, ya que impuso record negativo tras registrar 26 derrotas consecutivas en nuestro fútbol nacional. Luego de años trágicos en el fútbol falconiano, Claudio Martínez, ciudadano de nacionalidad argentina vinculado al sector privado asumió las riendas del equipo con el sueño de llevarlo a la máxima categoría.
Igualmente, la institución se muda desde el Estadio Otto Bueno de Coro al Polideportivo Manaure con la finalidad de tener mayor receptividad y mejores resultados. En esta etapa de transición se profesionalizó al equipo, creando categorías inferiores, y los resultados se empiezan a dar.
En solo dos años logró ascender desde la tercera división del fútbol nacional hasta la categoría de plata del balompié vinotinto, reflejando un avance dentro de la gestión presidida por Martínez dentro de la institución falconiana.
Actualmente se encuentra disputando el torneo clausura de ascenso, donde matemáticamente no tienen opciones de ascender a la primera división del fútbol venezolano debido a que Metropolitanos y Portuguesa se encuentran en mejor posición, aunado a la falta de resultados en condición de local. También, por detalles en cuanto a logística, volvieron a mudarse al Otto Bueno de Coro donde están disputando sus partidos como local.
Alex García es el actual técnico del UAF. El colombiano lleva un año al mando de la institución, donde ha fortalecido todos los sistemas deportivos el equipo. En ese orden, ha registrado un record positivo de imbatibilidad en ocho partidos; registro de seis victorias y dos empates en la segunda división B. El sistema de juego que implementan es el 4-4-2 o 4-4-1-1, dependiendo del rival al que se van a enfrentar.
Ahora bien, es evidente el crecimiento del balompié dentro de la institución aurirroja ya que ha creado identificación en la sociedad falconiana, se ha preocupado por formar atletas y han conseguido resultados favorables en los últimos dos años.
Pero no todo es color de rosa dentro del equipo. En todos estos años el elenco falconiano ha tenido que lidiar con el problema de la infraestructura. Tanto el Otto Rafael Bueno de Coro como el Polideportivo Manaure, ubicado en la localidad de punto fijo se encuentran en un estado bastante delicado para la práctica del fútbol.
El primero, donde el Unión Atlético Falcón disputa sus compromisos como local no cuenta con un engramado que permita el buen trámite del balón, carece de sanitarios e instalaciones para los medios de comunicación; igualmente, las entradas del estadio de Coro se ve opacado por la falta de sanitarios donde las personas puedan realizar sus necesidades ni con un estado apto dentro de los camerinos.
El estado de la tribuna se encuentra carente de limpieza y en ciertas ocasiones, las instalaciones son empleadas por individuos para el consumo de bebidas alcohólicas. Es decir, el Polideportivo Otto Bueno de Coro carece de mantenimiento constante, las columnas presentan huecos y no tienen las condiciones aptas para que un equipo de primera división pueda practicar al fútbol. Lo mismo pasa con el Polideportivo Manaure.
PDVSA es el auspiciante oficial del UAF, sumado al apoyo otorgado desde la Gobernación del Estado Falcón, comandado por la gobernadora Stella Lugo de Montilla, aunado a la relación con FUNDEFAL, liderado por Mauricio Ocando. No obstante, diversas fuentes relacionadas a la institución afirman que la relación se ha visto opacada por prioridades en otros sectores del deporte, como la formación de escuelas para el desarrollo del fútbol y prioridades en otras disciplinas.
En consecuencia, nacen las siguientes interrogantes… ¿Cómo un jugador puede manejar los tiempos sabiendo que está expuesto a lesionarse? ¿Se puede seguir observando el crecimiento del UAF en este tipo de instalaciones? ¿Qué beneficios traería al fútbol falconiano el mantenimiento de las canchas? ¿La instalación de grama artificial sería la solución sabiendo que el clima en Falcón es netamente árido? ¿Qué fenómeno debe ocurrir para que los órganos gubernamentales se preocupen por el desarrollo del fútbol profesional? ¿Qué sentirán los niños de las categorías inferiores al observar las condiciones de la cancha? ¿Problemas psicológicos y emocionales? ¿Los medios de comunicación pueden realizar tranquilamente su trabajo reconociendo que las condiciones no son las más óptimas? ¿La mano privada se preocupará por invertir sabiendo que el proyecto se puede estancar por la carencia de instalaciones? ¿Qué debe hacer la directiva del equipo para mejorar su relación con órganos del Estado?
Desde esta ventana siempre hemos velado por aplaudir los éxitos y criticar los fracasos, siempre velando por el crecimiento, desarrollo y evolución del fútbol nacional. Recordemos que los grandes talentos nacen en los rincones más ocultos del país, específicamente en la segunda y tercera división criolla. El crecimiento deportivo debe estar aunado con infraestructuras aptas para que la evolución siga siendo evidenciable y la sociedad que está vinculada al fútbol – incluyendo los niños – pueda soñar con practicar el fútbol como una profesión.
Por: Raúl Mendoza Rosi
Lavinotinto.com