Su inventor es Pablo Silva, un periodista argentino de 46 años, que tuvo que recorrer un largo camino desde que ideó este producto que permite marcar sobre el terreno de juego una línea blanca que la barrera no puede sobrepasar y otra en el punto exacto en el que debe ubicarse el balón para ejecutarse un tiro libre (a 9.15 metros).
Conocido con el nombre técnico de "Aerosol 9.15 FPL", es un líquido gaseoso de color blanco, inocuo y que tiene la capacidad de desaparecer del césped o de la tierra entre los 45 segundos y los tres minutos después de colocado.
"Se me ocurrió hace algo más de una década, tras jugar un partido con excompañeros del colegio secundario", recordó Silva en declaraciones a Efe.
"Perdíamos por 0-1 y en el minuto 88 nos dieron un tiro libre cerca del área. Era una gran ocasión para empatar, pero no resultó así porque la barrera se adelantó y la pelota dio en ella. Fui a protestar y el árbitro encima me expulsó", comentó.
A finales de 2007, el periodista, ya con el invento patentado, presentó su proyecto al presidente de la Asociación del Fútbol Argentino (AFA), Julio Grondona, a quien la idea "le encantó", en palabras de Silva.
"A Grondona debo agradecerle porque me apoyó en todo, lo mismo que a la Dirección de Formación Arbitral", aseguró antes de apuntar que los referís vieron rápidamente en este aerosol una oportunidad para desterrar el adelantamiento de las barreras, uno de los vicios del fútbol mundial.
El producto comenzó a utilizarse en la Segunda División argentina en la segunda mitad de 2008 y esos seis meses de experiencia fueron claves para mejorarlo con el objetivo de que llegara "cuidado y protegido" a la máxima categoría, donde se estrenó en 2009.
Entre los cambios que experimentó antes de llegar a la elite del fútbol argentino destacaron el peso y la longitud de su envase, así como el aparato que lo sujeta a los pantalones de los árbitros.
En 2009 la Conmebol dio luz verde para que el aerosol se utilizara en las Copas Libertadores y Sudamericana, lo mismo que hicieron 10 países de la región para sus respectivas ligas. En total ya ha sido usado en más de 15.000 partidos oficiales.
Finalmente, en marzo de este año la International Football Association Board (IFAB) autorizó a la Conmebol su uso en la Copa América de Argentina, según Silva, "el escenario perfecto para demostrar su real dimensión y la esperada prueba de fuego".
Pablo Silva, que en los últimos días ha estado instruyendo a los árbitros de este torneo en la ciudad de Córdoba, una de las ocho sedes de la competición, consideró que esta espuma evanescente ha tenido "gran aceptación".
"Esperemos que se reconozca mundialmente el gran apoyo que este producto supone para los árbitros y el "fair play" (juego limpio)", matizó.