Campana (Argentina).- La selección
brasileña estuvo hoy tensa, en guardia,
nerviosa, a un día del partido decisivo
contra Ecuador en el que está obligada a
ganar para clasificarse a los cuartos de
final de la Copa América.
Lejos de organizar una práctica suave, como suelen ser los reconocimientos de campo en la víspera de los partidos, el seleccionador Mano Menezes preparó hoy un entrenamiento integral y mostró su parcela de nerviosismo al cerrar gran parte de la sesión a la prensa.
Menezes no quiere caer de nuevo en el error de cantar su alineación y su estrategia con una semana de antelación, como hizo antes de su debut en la Copa América. Ahora juega al despiste y solo anuncia el once inicial en el estadio de juego.
En la parte final del entrenamiento de hoy, ante la presencia de las cámaras, se jugó un partido informal en campo corto, en el que los titulares y los suplentes estaban mezclados.
Ganso se destacó al anotar tres goles y Lucio también brilló en el remate, una cualidad que no suele explotar desde su posición de defensa, al mandar a las redes dos remates.
A pesar del tono informal de la práctica, se podía sentir cierta tensión entre los jugadores por la urgencia de conseguir mañana una victoria.
Hubo recriminaciones por pases equivocados u ocasiones perdidas, en contraste con el habitual clima distendido de la selección Canarinha.
En las declaraciones a la prensa de hoy, también era palpable el ambiente más serio, las palabras daban medida de la responsabilidad en el partido de mañana, en el que ya no queda margen para el error.
"Es una final, un partido decisivo". Esa frase salió hoy de la boca de Pato, Jadson, Fred y Julio César, los cuatro jugadores que hablaron con los periodistas.
Calaron las palabras de Lucio, el capitán, que este lunes clamó por seriedad, entrega y compromiso a sus compañeros y, públicamente, les dio un rapapolvo para que den prioridad al equipo por encima de las individualidades y las ganas de mostrarse a los ojeadores de los equipos europeos.
Julio César quiso rebajar hoy la tensión, al decir que el tirón de orejas de Lucio no estaba dirigido exclusivamente a los más jóvenes de la selección, sino para todos. "Todos estamos en el mismo barco", dijo.
Brasil viajará esta noche a Córdoba, donde disputó su último partido, ante Paraguay y mañana concluirá su participación en el Grupo B ante Ecuador.