La espera histórica llegó a su final, los Astros de Houston, que hace unos años eran el equipo hazmerreír de las Grandes Ligas, ya son los nuevos campeones de la Serie Mundial del béisbol, tras imponerse por 5-1 a los Dodgers y sumar su cuarto triunfo en el séptimo partido.
No sólo consiguieron el primer título en sus 56 años de historia sino que lo hicieron con una conexión de jóvenes peloteros latinoamericanos, encabezados por el jardinero George Springer, de origen puertorriqueño, merecido ganador también del premio de Jugador Más Valioso (MVP).
Por primera vez en su historia, los Astros ganaron el «Clásico de Otoño» después de vencer 5-1 en el decisivo Séptimo Partido a los Dodgers de Los Angeles, que siguen sin tener un título de la Serie Mundial desde 1998.
Los integrantes del equipo dedicaron su actuación en la postemporada a su ciudad, duramente afectada este verano por el huracán Harvey.
Portaron la leyenda «H Fuerte» en el jersey, a fin de desearles fortaleza a los damnificados.
Ahora, le dieron un estímulo más especial a la ciudad, el título que se había negado a la franquicia desde que apareció en 1962 con nombre de Colt .45s.
Junto a Springer, que empató la marca de Serie Mundial con cinco jonrones, el venezolano José Altuve fue también decisivo en el triunfo de los Astros.
«Siempre creí que podíamos lograrlo», manifestó Altuve. «Hicimos esto por todos ellos, lo que sufrieron la tragedia del huracán Harvey».
Springer comenzó la noche triunfal con un doblete ante un ineficaz abridor japonés Yu Darvish (0-2) en el primer turno del duelo e inmediatamente los Astros tuvieron ya la ventaja parcial de 2-0.
El jardinero estelar de los Astros pegó su quinto vuelacerca, empatando la marca que impuso Reggie Jackson e igualó Chase Utley, al batear bambinazo por cuarto juego seguido, un récord, lo que puso el duelo 5-0 en la segunda entrada.
Esta vez, los Astros con un pitcheo hermético no permitieron ya que el Séptimo Partido tuviese los vaivenes de los anteriores con remontadas dramáticas y emocionantes, porque los Dodgers se mostraron incapaces de producir su temible ofensiva.
Fue un duelo atípico, a diferencia del que definió la coronación de los Cachorros de Chicago el año pasado, con una victoria sobre los Indios de Cleveland en 10 entradas, también de visitantes.
Pero a los seguidores y peloteros de Houston difícilmente les importa eso.
«Houston, vamos a casa como campeones», declaró Springer luego de recibir el trofeo de MVP, rebautizado este año con el nombre de Willie Mays.
El campocorto Carlos Correa convirtió la fiesta del título en algo más. Tras conceder una entrevista a la TV, el puertorriqueño puso una rodilla en tierra y le propuso matrimonio a Daniella Rodríguez, exMiss Texas.
«¿Sí?», le preguntó, mientras le ponía una sortija. La joven aceptó, entre lágrimas.
Altuve es uno de los cuatro jugadores que estaban con el club en 2013, cuando sufrió 111 derrotas luego de mudarse de la Liga Nacional a la Americana.
Por lo tanto, es testigo de primera mano de la forma en que este equipo pasó de ser colista de las Grandes Ligas a conquistar algo inédito.
El venezolano tuvo también una posición de privilegio para hacer el último out, un rodado del campocorto Corey Seager de los Dodgers al intermedista.
«Atrapé ese último out para que los Astros fueran campeones. Fue un rolling hacia mí, lancé a primera y supe que era el momento más feliz de mi vida en el béisbol», comentó Altuve.
Ya con la ventaja, el manager A.J. Hinch retiró al abridor Lance McCullers Jr. en cuanto propinó su cuarto pelotazo del encuentro. Así, comenzó un desfile de cuatro relevistas que lograron preservar la delantera.
Charlie Morton (1-1), normalmente abridor, finalizó el juego con cuatro entradas de excelente desempeño para llevarse la victoria.
Recordados hasta ahora por su viejo Astrodome de la era espacial, sus uniformes con los colores del arco iris y sus dolorosas derrotas, los Astros quedan ahora en la memoria como monarcas, al fin, en su temporada número 56.
Asimismo, los Astros completaron la colección de los trofeos principales para Texas. Al menos algún equipo de ese estado había sido ya campeón del Super Bowl, la NBA, el hockey sobre hielo, el fútbol americano colegial, así como el baloncesto universitario de hombres y mujeres.
Faltaba un título de la Serie Mundial y en el 2014, la revista especializada Sports Illustrated publicó una portada, ahora famosa, luego de que Houston perdió más de 100 juegos en tres años consecutivos.
«Los campeones de la Serie Mundial de 2017», decía la revista, que mostraba a Springer con un jersey de los Astros.
Este año, Houston ganó 101 juegos para ceñirse la corona de la División Oeste de la Liga Americana. En la Serie de Campeonato, ante los Yanquis de Nueva York, ganaron en el sexto y séptimo juego.
Los Astros se unieron a los Reales de Kansas City de 1985 como los únicos equipos que han ganado un par de Séptimos Juegos en el mismo año.
Para los Dodgers, continuó la sequía de títulos de la Serie Mundial, que se remonta a 1988, a pesar que acabaron la competición regular con 104 victorias.
Con una nómina de 240 millones de dólares, la más onerosa del béisbol, comparada a la de 149 de los Astros, no pudieron recompensar a su copropietario Magic Johnson ni al piloto Dave Roberts.
Tras el segundo fracaso de Darvish en esta Serie Mundial, el as Clayton Kershaw aportó cuatro entradas de relevo eficaz, pero era demasiado tarde.
Lo que hubieran necesitado los Dodgers es un abridor mucho mejor que el japonés, quizás alguien como el zurdo que protagonizó la ceremonia del primer lanzamiento, Sandy Koufax.
EFE
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