Holanda, lejos del convencimiento y la autoridad de antaño, como de soslayo, ha dejado en el camino a sus adversarios hasta alcanzar las semifinales del Mundial 2014, que aún aspira a disputar después de superar, en la tanda de penaltis, a Costa Rica.
Holanda alcanzó el sábado su quinta semifinal mundialista en diez participaciones. Y eso que llegó a Brasil plagada de dudas. De incertidumbre. Sin un plantel reluciente como en años atrás. Distanciado, especialmente, de la referencia de aquél equipo de los años 70. Del fútbol de ataque. Alegre del que siempre ha presumido el combinado ‘orange’.
El equipo de Louis Van Gaal salió airoso de la fase de grupos. Pero solo mostró contundencia ante la última campeona, España, donde evidenció virtudes que la advertían como un duro rival.
Bajó el pistón contra Australia y recuperó cierta solvencia contra Chile. Pero en las eliminatorias siempre sufrió. Necesitó un arrebato de última hora ante México y cierta polémica arbitral para resucitar al borde de la eliminación. Y ante Costa Rica, en Salvador, incapaz de batir a su adversario, se agarró a los lanzamientos de penaltis y a la estrategia de su preparador.
La inclusión del meta Tim Krul, que milita en el Newcastle, a punto de finalizar la prórroga, en lugar del titular Jasper Cillessen, fue tomado como un golpe de mano de Van Gaal, al que le funciona su libreta.
Es el seleccionador el más convencido de las posibilidades de su equipo, al que muchos daban una vida más corta en Brasil. El preparador, consciente de los límites de su plantel, plantea cada encuentro en función del adversario. Como si fuera el último. Lo hizo con España, con un sistema defensivo y al contraataque y asumió más riesgos después.
Tuvo respeto ante México y reaccionó a tiempo. Unas veces más alegre y otras conservador. Hasta ahora, sin embargo, siempre efectivo.
El futuro entrenador del Manchester United es el gran beneficiado del trayecto holandés en Brasil. Falta calidad a Holanda, al que le sostiene el desequilibrio de Arjen Robben y la nueva implicación de Wesley Sneijder. Además de la solidez defensiva y el orden del resto del plantel.
A Robin Van Persie se le espera aún. Destacó contra España en el estreno de Brasil. Pero ha ido a menos en el torneo. No obstante, el atacante del United es siempre una amenaza. Van Gaal sacará lo mejor en este cierre de la competición.
Holanda apura las bocanadas últimas de una generación que a punto estuvo de conquistar Sudáfrica. Lejos de acusar aquél mazazo, con el trofeo en la mano, apunta ahora como uno más al éxito que se le ha negado.
A la espera de la irrupción de una nueva camada en la prolífica fábrica del fútbol orange, Holanda se ampara ahora en la libreta de Van Gaal. Un preparador controvertido en sus actitudes y también en el campo, al que los resultados casi siempre terminan por darle la razón.
EFE
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