La norma que obliga a los equipos de la primera división del fútbol paraguayo a alinear en su onceno titular al menos a un jugador sub-19 todavía es discutida y causa dudas entre futbolistas, entrenadores y directivos, cinco años después de su implantación por la Asociación Paraguaya de Fútbol (APF).
La regla tiene consecuencias para los grandes clubes, que se ven obligados a alinear a un juvenil entre su plantel de estrellas, así como para los equipos más modestos, que tienen dificultades para fomentar la cantera y que surjan jugadores de primer nivel.
En ese sentido, el exarquero y asesor deportivo de Olimpia, Ricardo Tavarelli, reconoció que se trata de una “normativa muy compleja” ya que tiene pros y contras.
Por un lado, aseguró que desde que se puso en marcha “ayudó y aceleró los tiempos” para la progresión de los futbolistas, pero por otro afirmó que es la causa de que algunos jugadores debutasen en primera división a pesar de “no merecerlo”.
“En Paraguay sucedía que los jugadores maduraban muy tarde, a partir de los 23 años, cuando un futbolista debe empezar a competir profesionalmente antes”, añadió el jugador paraguayo.
Tavarelli se mostró a favor de la normativa de la APF, aunque reivindicó una modificación para garantizar que los entrenadores no pongan a un futbolista el once inicial y lo cambien a los cinco minutos del partido, como ocurre en muchas ocasiones.
La norma afecta especialmente a los clubes más modestos de Paraguay, que cuentan con una estructura menor para formar a los jóvenes futbolistas para que den el salto a la primera división.
El vicepresidente del Deportivo Santaní, Rolando Safuán, explicó que para los clubes pequeños es “más complicado” conseguir que los jugadores de la cantera rindan a primer nivel.
No obstante, se mostró a favor de mantener la normativa porque, gracias a ella, “muchos jugadores pudieron progresar y luego ser vendidos“.
El dirigente puso como ejemplo el caso de Iván Cazal, que saltó de las ligas regionales a la primera división gracias a esa normativa, pero que logró hacerse un sitio en Santaní cuando este equipo, de la ciudad de San Estanislao, terminó clasificándose para la Copa Sudamericana.
El español Fernando Jubero, entrenador de Cerro Porteño, es otro de los profesionales que a comienzos de esta temporada también plantearon una revisión de la norma.
Jubero abogó ante los medios por llevar a cabo un “estudio” en el que se contabilizara “cuántos jugadores han salido, cuántos han evolucionado, cuántos se han podido consolidar“, desde que se implantó la norma.
Añadió además que con la regla se “está dando un privilegio a un jugador que ha llegado por su situación cronológica y no por su madurez futbolística“.
Por contra, defendió que la norma permite “potenciar jugadores” que, de otra manera, no habrían tenido “la oportunidad de llegar a primera división”.
La eficacia de la normativa, cuyo objetivo era ayudar a la progresión de los jóvenes talentos del fútbol paraguayo, también se ha visto cuestionada por los negativos resultados de las categorías inferiores de la selección, que han perdido presencia en los últimos torneos internacionales.
Tras la eliminación de Paraguay del Sudamericano sub-20 de Chile en la fase de grupos, que le dejó también fuera del Mundial de Polonia, el presidente de la APF, Robert Harrison, planteó esas dudas ante los medios.
“Antes no existía esa reglamentación y clasificábamos a los Mundiales“, expresó Harrison, quien abogó por llevar a cabo una reunión en el seno de la asociación para debatir sobre la efectividad de la regla.
A pesar de ello, Harrison reconoció que hay clubes como Cerro Porteño, Olimpia, Libertad y Guaraní que “están haciendo un proceso muy importante con las inferiores”.
Otros países, como Chile, cuentan con una normativa similar que establece un número de minutos mínimo en la temporada que deben disputar los sub-20, mientras que en Ecuador, país que con su selección se proclamó campeón del reciente Sudamericano, la regla se abolió en 2015 tras nueve años de vigencia.
EFE
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