Caracas Fútbol Club cuenta con un efectivo más dentro de la plantilla del primer equipo y se trata del talentoso Eduardo González, quien respondió a la confianza brindada por el cuerpo técnico para ocupar la banda derecha ante la ausencia de Jefre Vargas, que está al servicio de la Vinotinto Sub-20 que afrontará el Suramericano.
Con sólo 19 años, Eduardo formó parte de una línea defensiva que además vio estrenarse al argentino Marcelo Barreña y, en líneas generales, la contribución de ambos fue importante para alcanzar el triunfo anhelado. Los nervios y la ansiedad siempre estuvieron presentes y el deseo de no defraudar ante la ocasión esperada se convirtió al mismo tiempo en un estímulo que supo manejar.
“Fue un partido muy complicado, al principio me costó agarrar confianza pero con el apoyo de mis compañeros y del cuerpo técnico se me fueron dando las cosas” dijo entre sus primeras sensaciones tras el partido dominical, que además rompió con una sequía de 11 meses sin ganar fuera de las paredes del Olímpico. “Teníamos mucho tiempo sin conseguir tres puntos fuera de casa y eso fue importante. Una excelente manera de debutar”, añadió.
González jamás se escondió. Se proyectó cuando tuvo que hacerlo y en menos de un par de minutos pudo tener contacto con el balón. Así comenzó su travesía y aspira tener muchos más capítulos en primera división.
“La primera pelota que toqué a pase a Cure, me dio la confianza necesaria, además de las palabras de “Miky”, Sánchez y Quijada, quienes siempre estuvieron pendientes de mí en cada situación, en cada jugada. Ellos terminaron de darme el impulso”.
El hermetismo se mantuvo hasta lo último. El juvenil estaba preparado para saltar al terreno de juego en Mérida, ya que durante las sesiones de trabajo en la semana se lo hizo saber al técnico Eduardo Saragó; sin embargo la confirmación llegó el propio domingo, horas antes del cotejo.
“En el entrenamiento previo al partido el profesor (Saragó) habló conmigo, me preguntó si conocía bien a los jugadores de Estudiantes y le dije que sí. En la charla del domingo salió mi nombre en la pantalla, me emocioné y sólo me quedaba poner todo sobre el terreno de juego”, continuó.
El debut en la categoría de oro del balompié nacional resultó ser el premio a la constancia porque, además de jugar los 90 minutos, sacaron el resultado esperado. Y para Eduardo fue más gratificante este acontecimiento ya que tuvo que afrontar un duro semestre en 2014, lidió con problemas físicos que le impidieron tener la continuidad deseada.
“Estuve lesionado dos meses y eso me hizo más fuerte, seguí trabajando y gracias a Dios se me dio la oportunidad” reflexionó por último el defensor, quien sabe que el camino apenas comienza y queda mucho trabajo por hacer.
Prensa Caracas FC
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