Oswaldo Vizcarrondo, con sus 1.92 metros de estatura es un defensor indiscutido para la zaga de la selección nacional de Venezuela, que hoy día lucha por acceder por vez primera a una Copa del Mundo. Fuerza, responsabilidad y personalidad caracterizan al espigado defensor que en la actualidad es puntero con su equipo en Argentina (Lanús).
«Clasificar al Mundial es algo que tenemos que lograr como sea. A nivel país es una ilusión, pero una ilusión que está basada en el convencimiento. Tenemos material como para que ese convencimiento se traslade a lo que queremos llegar, que es ir a nuestro primer Mundial a nivel de selección mayor. Estamos quintos, una posición privilegiada que no podemos dejar escapar», contó el venezolano al portal FIFA.COM desde Buenos Aires.
Con una eliminatoria tan larga y complicada, la comunicación con sus compañeros es fundamental, es por ello que reconoce que el uso de la tecnología es importante, esta le permite seguir la actuación de sus paisanos de selección en el lugar que se encuentren, además de mantenerse en comunicación con ellos: «Trato de mantenerme el contacto con la línea de cuatro y los dos mediocampistas defensivos. Cómo están en sus clubes, jueguen o no con regularidad, hemos sufrido ciertos movimientos puntuales que debemos corregir… Y dos semanas antes de los partidos trato de crear contagio, recordar lo que nos estamos jugando, que nuestro próximo partido es una final. Crear esa reacción en cadena permite que estemos todos ligados a una misma meta. Hay una esperanza muy grande en torno a nosotros y pensar en algo malo sería defraudar a un país entero que está muy esperanzado en escuchar nuestro himno nacional en un Mundial», indicó.
Vizcarrondo aseguró que el jugador venezolano se ha superado, en especial en lo psicológico. Esa es la pieza fundamental para obtener los resultados que hasta ahora ha cosechado a la Vinotinto en puestos de clasificación al mundial.«Yo creo que antaño el jugador venezolano, que siempre fue muy técnico, ya estaba perdiendo 5-0 antes de empezar el partido. Era una limitante que tenía a nivel psicológico, a nivel mental».
No obstante hizo referencia a la formación de jugadores, a la labor de clubes como el Caracas FC, en la apuesta por la cantera, y a la influencia argentina que existe en Venezuela para la preparación física de los jugadores.
La reflexión de Vizcarrondo acerca de lo complicado de las eliminatorias es sin duda una clara muestra de entendimiento del momento que vive la selección, siendo parte de una camada de jugadores inspirados y distintos al resto de futbolistas que en otrora buscaron un mundial, acotó: «Tenemos una generación privilegiada, con un jugador estrella que es Juan Arango. Es como el caso de Argentina con Messi, que dicen «si no somos campeones con Messi, desaprovechamos al mejor jugador, no sé si de la historia, pero sí de la actualidad»… Es nuestro caso con Juan, si no lo aprovechamos en las Eliminatorias y en un Mundial, es difícil que vuelva a nacer uno como él. Por eso digo: el rival somos nosotros mismos. Si perdemos esa convicción y empezamos a crear dudas no vamos a llegar a nuestra meta».
«Juan Arango, que es un crack pero que no milita en el mejor equipo por la nacionalidad. Si fuera argentino o brasileño estaría en el Real Madrid o en el Barcelona, pero no es mediático. Yo nunca jugué con alguien con las cualidades técnicas de él», agregó.
A su vez no quiso entrar en la retórica que significa dar un discurso para responsabilizar al padre del crecimiento de la Vinotinto, Pastoriza, Páez y Farías, cada uno corrió con su cuota de autoría en referencia a la evolución del fútbol venezolano: «José Omar Pastoriza, trajo una idea totalmente distinta, una idea táctica y de riqueza a nivel profesional, para que tomáramos el deporte de una manera diferente. Después, Richard Páez , un revolucionario que pensó en todo momento que el venezolano tenía cualidades para jugar de tú a tú con cualquier selección sudamericana. Y luego César Farías, una persona muy pensante, un buen líder que sabe enviar un mensaje que nosotros estamos recibiendo, muy enfermo por el fútbol, muy estudioso», finalizó.
Por César Peña
Foto: Archivo
Lavinotinto.com