El goleador David Villa culminó este lunes su excelente carrera con la selección española con un tanto de tacón, para marcar por tercer Mundial consecutivo, agrandar sus imponentes estadísticas con la ‘Roja’, en su despedida del equipo nacional, con el que lo ha ganado todo y ya es una leyenda.
Porque nadie ha marcado más goles que él en la historia de la selección, con 59 dianas en 97 encuentros; porque ningún jugador ha batido más veces la portería contraria en un Mundial con la amiseta española, con nueve en 12 partidos, y porque sus números representan una marca probablemente inalcanzable durante los próximos años.
En un duelo especial en el Arena de Baixada de Curitiba, donde emuló este lunes a Raúl González o Fernando Hierro como goleadores españoles en tres Mundiales seguidos, jugó sus últimos minutos como internacional, los primeros en Brasil 2014. Desde el once, en la banda izquierda, y con unas ganas y una actividad constante.
Desde el primer momento se sentía que era un encuentro diferente para el ‘Guaje’. En el extremo final de la formación escuchó el himno, con el ‘7’ a la espalda, después, con los brazos en jarra esperó el comienzo del duelo con la mirada fija en la portería contraria, donde Maty Ryan ultimaba su calentamiento para el choque.
Una falta al principio del potente Mile Jedinak, una cuantas buenas asociaciones con la pelota con Santi Cazorla, un empalme fuera que se le marchó desviado a centro de Andrés Iniesta… Siempre quiso la pelota, siempre se movió para recibir en las mejores condiciones y siempre generó inquietud en sus rivales.
Primero como asistente, en un taconazo inteligente a la llegada de Jordi Alba, que estrelló su disparo en las manos de Ryan, o con una bicicleta con la que desbordó al lateral Ryan McGowan y cuyo posterior centro raso se paseó sin rematador. Y después como goleador, con esa capacidad que siempre ha mostrado toda su carrera.
Iniesta superó a la defensa australiana con un pase profundo al desmarque por la banda derecha de Juanfran Torres, que envió el pase al área para el remate de Villa, con un recurso más, el tacón, con la derecha, con el que despistó y batió al guardameta Ryan. Minuto 36. Su noveno gol en un Mundial. Ya ha marcado en tres consecutivos.
Villa se besó cinco veces el escudo de España, el de la selección con la que ha ganado dos Eurocopas, en Austria y Suiza 2008 y en Polonia y Ucrania 2012, y un Mundial, el de Sudáfrica 2010, en el que también fue uno de los mejores goleadores, con cinco dianas, y levantó la Copa del Mundo que ansía cualquier jugador profesional.
Ahora, Melbourne y Nueva York serán sus siguientes destinos, fuera de las competiciones más exigentes del planeta, y los próximos desafíos para un goleador, un ganador y una leyenda de la selección, que fue sustituido en el minuto 55, un cambio inesperado para él, que necesitó del consuelo de sus compañeros en el banquillo, en el que se sentó entre lágrimas por su despedida de la selección.
EFE
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