La selección de Chile intenta recobrar la normalidad en la Copa América y pasar página al último escándalo del rebelde Arturo Vidal, que fue indultado por el técnico Jorge Sampaoli y pidió disculpas públicas entre lágrimas.
El volante del Juventus italiano escribió un nuevo capítulo en su historial de polémicas extradeportivas y consiguió que el fútbol y el trascendental duelo del viernes frente a Bolivia pasen a un segundo plano.
Las alarmas saltaron en la Roja este martes por la noche. En un primer momento la información era confusa, pero con el paso de los minutos empezaron a circular por internet imágenes del flamante Ferrari de color rojo de Vidal completamente destruido en la cuneta de una carretera.
El futbolista, hasta ahora máximo artillero de la Copa América con tres goles, sufrió un aparatoso accidente de tráfico al chocar con otro automóvil a unos 35 kilómetros de Santiago, cuando regresaba junto a su mujer a la capital, donde debía quedar concentrado junto a sus compañeros de equipo.
Fue trasladado a un hospital, donde fue atendido de un leve tirón cervical, y se confirmó que se encontraba ebrio.
Con este antecedente, lo que en un principio parecía un accidente de tráfico normal adquirió tintes de escándalo y Vidal abandonó el hospital detenido por la policía en una patrulla de Carabineros.
Este miércoles, el jugador de 28 años compareció ante un juzgado, cuyo titular lo dejó en libertad pero le retiró la licencia de conducir y lo obligó a firmar cada mes durante los 120 días que dure la investigación de la Fiscalía.
Con el flanco judicial más o menos encarrilado, el jugador debía aclarar su situación dentro de la selección y se dirigió al complejo deportivo Juan Pinto Durán, donde decenas de cámaras y reporteros estaban apostados desde primera hora de la mañana.
El último escándalo de Vidal tomó por sorpresa a Jorge Sampaoli y a Sergio Jadue, presidente de la federación chilena de fútbol.
Al parecer, el técnico se negó a prescindir del futbolista para el resto del torneo y era partidario de perdonarlo, mientras que el jerarca del fútbol chileno pedía mano dura.
Finalmente el seleccionador se salió con la suya y ofreció una rueda de prensa en la que anunció que Vidal seguirá en el equipo porque, en su opinión, el incidente no tiene «tanta magnitud como se ha querido manifestar».
Las palabras de Sampaoli sorprendieron por su condescendencia con el jugador, al que en ningún momento censuró por su comportamiento.
La falta de control sobre el plantel quedó en evidencia.
Sampaoli dio a entender que necesita a Vidal porque es la principal estrella del equipo, y que los asuntos disciplinarios y de comportamiento son secundarios, aunque se trate de algo tan grave como conducir borracho y provocar un accidente con víctimas.
El colofón a esta intensa jornada de la selección llegó con la comparecencia ante la prensa del protagonista, que pidió perdón por lo sucedido entre sollozos.
«Quiero disculparme con mis compañeros, el cuerpo técnico, los dirigentes y con todo el país», señaló Vidal, que dijo estar «arrepentido» y «avergonzado» por el incidente, y por haber puesto en peligro la vida de su mujer y la de otros conductores.
Con el indulto de Sampaoli y la disculpa de Vidal el tema parece zanjado, pero deja varios interrogantes que deberán ser despejados en los próximos días y semanas.
Primero hay que ver cómo afectará la polémica al equipo de cara al duelo frente a Bolivia, en el que puede lograr el primer puesto del Grupo A.
Se desconoce también cómo ha caído lo sucedido dentro del vestuario, donde algunos de los referentes han sido muy críticos con sus propios compañeros en casos de indisciplina anteriores.
EFE
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