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“Tabárez convirtió a Uruguay en una familia”

Traumatólogo y ex técnico, de 2001 a 2007 no sólo fue el entrenador, sino también el “fundador” de una nueva forma de ser y jugar de la selección venezolana, y representó algo especial para Uruguay como adversario: en 2001 Venezuela le ganó a los celestes por primera vez en la historia, en 2004 los venció por 3 a 0 en el Centenario y por Eliminatorias no perdió nunca frente a los uruguayos.

Ovaciondigital.com.uy publicó una entrevista donde dio su opinión sobre la selección y el próximo juego de eliminatorias.

-¿Por qué se fue en medio de un ciclo muy exitoso?

-Porque se había comenzado a crear una tendencia negativa sobre mi trabajo.

-¿En qué sentido?

-Empezaron a crear una presión porque tenía a mi hijo en la selección. Fue tanta esa tendencia que cuando jugamos el último partido, que le ganamos a Bolivia 5 a 3, tomé la decisión de irme porque la gente ya estaba desubicada. Había falta de respeto, se generaba una presión sobre la parte personal y eso yo no lo toleraba.

-Uno fue testigo de lo que le gritaban en el Venezuela-Uruguay que se jugó en 2005 en Maracaibo; pero el que escuchaba desde afuera, con los resultados que había tenido en esos años, no entendía nada. ¿Qué le cuestionaban?

-Esa era la pregunta que yo me hacía en ese momento: un equipo que no tenía nada, que empezó a ganar y a cambiar la historia, nos empezaron a criticar porque no le ganamos a Colombia de locales y a Argentina en Buenos Aires. Es como si allí mañana critican a Tabárez porque Uruguay no le gana a España.

-Este ciclo de Venezuela que siguió al suyo, con César Farías de técnico, ¿es una continuidad de su proceso o esta selección tiene otro estilo? ¿Hubo un cambio?

-Es otro estilo; pero lo que pasa es que ahora el potencial de jugadores es superior. Hoy vienen los legionarios que antes no querían venir; o sea: hoy aumentó el nivel en cantidad y calidad de los jugadores.

-Pero, ¿Farías le impuso otra característica a la selección?

-Sí, porque yo jugaba con tres “10”; apostaba al estilo del toque, del juego colectivo, del manejo, de salir mucho por los laterales… o sea: un juego mucho más sudamericano. Venezuela, con ese potencial de fuerza aérea que hoy tiene, juega bien aplicado atrás para después contragolpear o aprovechar las pelotas quietas. Es otro estilo de fútbol.

-Más esquemático.

-Yo digo que más apegado al fútbol del pase largo. Más europeizado y menos sudamericano. Además, tiene ese estilo de jugadores con fortaleza aérea, muchos encima de 1,85.

-Con usted, Venezuela le ganó a Uruguay por primera vez en la historia; y mientras dirigió usted, por Eliminatorias se mantuvo invicto con Uruguay. Para eso, ¿mentalizó de algo en especial al jugador venezolano?

-Venezuela se caracterizaba por el nombre de “La cenicienta”. En esa época yo fui jugador de la selección de mi país y también jugué la Libertadores y recibí goleadas de 11 a 0 y 10 a 0. Hasta ahí Venezuela jugó con un esquema de evitar goleadas, pero yo era uno de los jugadores venezolanos que nos sentíamos rebeldes a la forma cómo enfrentábamos a los protagonistas del fútbol sudamericano. Así, cuando tuve la responsabilidad de ser el técnico de la selección no traicioné lo que tenía in mente.

-Por eso cambió la historia del fútbol venezolano.

-Antes de 2001, en 35 años de Eliminatorias, habíamos ganado solamente 3 partidos; y en 2001 ganamos 4 partidos seguidos en 8 meses, uno de los cuales fue a Uruguay: 2 a 0 en Maracaibo.

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-¿Cuál fue la clave?

-Apostamos a jugar con tres volantes N°10. ¡Fíjese! Venezuela jugando con tres N° 10, ¡cuando hoy no juegan con un N° 10 ni los grandes! Yo fui uno de los últimos que mantuvo la idea de jugar, no con un enganche, sino con tres a la vez. En 4 partidos tuvimos 10 goles a favor y uno en contra. A partir de ahí reventó la cuerda por el interés en Venezuela y todo el país se enamoró de la selección venezolana.

-Incluso los jugadores que estaban en el extranjero.

-Sí, cuando uno los llamaba a los Amorebieta, a los Danny Alves, a Julio Álvarez, que eran internacionales, pero nunca habían jugado en Venezuela, nos decían: “No, no me interesa…” Después del proceso nuestro, ahora si los llaman, ahora sí… ahora vienen todos. ¡Aparecen venezolanos por todos lados! ¡Ja! ¡Ja! ¡Ja!

-¿Cómo ve a Venezuela para este partido con Uruguay?

-Creo que el equipo llega motivado, llega mirando por el espejo retrovisor de lo que hicimos a partir del 2001, que no tenía comparación con nada de lo que pasó antes. Ellos ya lo vivieron ahí (en Montevideo) cuando las últimas Eliminatorias, que sacaron un empate… así que uno tiene la expectativa de que consigan un buen resultado; pero… vamos a ver, hoy Uruguay es el mejor equipo de América. Es la selección grande de Sudamérica.

-Eso, ¿cómo ve a esta selección de Uruguay, comparada con las que usted enfrentaba?

-Creo que en esta etapa el profesor Tabárez reencontró la filosofía y la identidad del fútbol uruguayo. Me parece que antes basaban todo en la garra, y con la garra, para ganarle para ganarle a los equipos chicos, ya no alcanzaba. Tabárez reencontró a una generación que le dio respuesta a esa identificación que propuso y así logró transformar de nuevo a Uruguay en una familia adentro de la cancha. Para mí eso es lo que le da mayor contenido a Uruguay. Brasil y Argentina han perdido un poco su identidad de juego, y Uruguay es el único de los grandes que se mantuvo con ella.

-El cambio de mentalidad de la selección venezolana se vio aquella noche de 2005 en Maracaibo, que terminó con un lío bárbaro; ahí, junto a usted, quedamos en el medio de la batahola que se armó cuando (Alejandro) Cicchero fue a buscar al “Chengue” (Morales) al vestuario. Años antes eso hubiera sido algo impensado.

-¡Ja! ¡Ja! ¡Ja! ¿Se a acuerda? Y… sí, esa mezcla de jugadores talentosos con jugadores con raza fue la clave para cambiar al fútbol venezolano. Yo escogía mayoría de jugadores con condiciones técnicas, pero también con un biotipo, que no era de lucha, que no era de pelea, sino de personalidad… y hoy sigue ese biotipo de hombre grande.

-¿Cuál fue la verdad de por qué se armó aquel lío brutal adentro de la manga al final del partido de 2005 en Maracaibo?

-Para mí, por lo que pude ver, como aquel partido se empató, lo que hubo fue esa sensación de los jugadores uruguayos de que otra vez no pudieron ganarnos, cuando antes normalmente podían; así que a la entrada de la manga hubo la reacción natural del jugador que están excitados, y la respuesta de los nuestros fue mutua. Entonces, ahí ambos se dieron como de regalar.

-¿Cómo dijo que se dieron?

-¡Como pa´regalar! ¡Ja! ¡Ja! ¡Ja! ¡Todos tiraban y a cualquiera le daban!

-Mirando desde afuera, en la pista de atletismo que está alrededoer de la cancha, la manga parecía una bolsa de gatos.

-¡Ja! ¡Ja! ¡Ja! Sí, cierto, cierto… era como una de esas maquinitas con las que se infla la manga!

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Foto: Millonarios.com.co

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