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Stybar sale victorioso tras las caídas en el tour

El checo Zdenek Stybar (Etixx) estrenó su palmarés en el Tour de Francia tras esquivar una caída a menos de 1000 metros de meta, en la que el líder Tony Martin se fracturó la clavícula y se fueron al suelo algunos favoritos como Vincenzo Nibali y Nairo Quintana, que no perdieron tiempo.

Stybar, de 29 años, un especialista en ciclocross con tres títulos mundiales en la especialidad del barro, sobrevivió a una montonera que fastidió una etapa hasta entonces de verdadera transición. Tras salvar el tumulto, el checo agarró unos metros definitivos, que le permitieron levantar los brazos como vencedor de la sexta etapa entre Abbeville y Le Havre, de 191,5 kilómetros.

Con cuentagotas fueron entrando los corredores. Por la segunda plaza se adelantó el eslovaco Peter Sagan (decimocuarto segundo puesto en el Tour) al francés Bryan Coquard.

Mientras Stybar celebraba su triunfo, sus compañeros del Etixx atendían a Tony Martin, el peor parado del accidente con la clavícula maltrecha, mano derecha en el hombre izquierdo, presagiando lo peor.

Detrás, a tres metros, cayó Quintana, que se levantaba como podía con una herida en el codo. El colombiano se montó en la bici de Herrada para terminar. Y Nibali echaba a andar, con el susto en el cuerpo, pero ileso, dando las últimas pedaladas hasta meta.

Martin cruzó la meta remolcado por el campeón mundial Michal Kwiatkowski, en el mismo tiempo que el ganador al haberse producido la caída dentro de lo 3 último kilómetros, como marca el reglamento.

Eso sí, con la duda de si podrá defender el liderato en la séptima etapa. Fue trasladado al centro radiológico, donde se comprobó su fractura. Antes, en el podio no pudo levantar el brazo izquierdo. “Vamos a ver qué hacemos, voy a luchar por seguir”, dijo.

El triple campeón del mundo contrarreloj mantuvo en meta el jersey amarillo con 12 segundos sobre Chris Froome y 25 respecto a Tejay Van Garderen. A su vez, el británico, guardó las diferencias con el resto de grandes favoritos. El más cercano, Alberto Contador, octavo a 36 segundos.

“¡Por fin un día de tregua!!”. Los directores de algunos equipos celebraron en ruta la primera jornada “de transición”, como sinónimo de no ir con el gancho todo el día ni atemorizados por los abanicos. El pelotón se lo tomó con más calma, de ahí que llegara a “La puerta oceánica” con 20 minutos de retraso.

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Un día con buen tiempo, con 4 cotas de cuarta y más de 100 kilómetros por el litoral de Normandía, donde el viento suele ser amenazante. Pero esta vez, hubo tregua para los favoritos, permiso para los aventureros y fiesta para los esprinters, en una de sus últimas opciones de lucimiento.

La etapa salió de Abbeville, en Picardía. Enseguida lo intentó el “lince” de Marbella Luis Angel Maté, pero la fuga se formó con el francés Quemeneur (Europcar), el belga Van Bilsen (Cofidis) y el eritreo Daniel Teklehaimanot (MTN-Qhubeka).

Tras 180 kilómetros de avanzadilla murió la esperanza del trío animador de la jornada, pero el ciclista africano no se fue de vacío. Se trabajó el paso por las cotas puntuables y arrebató a “Purito” Rodrígues el folclórico maillot “faralaes” de la montaña. “Tekle” ya fue rey de la montaña en el Dauphinné.

A 12 de meta aún resistía el belga Van Bilsen, medio minuto delante de un pelotón que ya volaba para disputar la victoria en la ciudad donde desemboca el Sena, a orillas del Canal de la Mancha.

Otra localidad de recuerdo bélico. Quedó arrasada en la II Guerra Mundial y reconstruida de tal manera que el centro pertenece al Patrimonio de la Humanidad como un “ejemplo excepcional de arquitectura y de urbanismo de posguerra.

Pero “el Tour es el Tour” hasta el ultimo metro de cada etapa, y resultaba hasta raro que no sucediera nada. El pelotón neutralizó al belga Van Bilsen, último resistente de la fuga a 3 de meta y se acabó la tranquilidad.

El final tenía su truco, un último kilómetro con desnivel del 7 por ciento, donde se desató la locura. Pasada el banderín de último kilómetro se desató el caos. Tony Martin y Coquard contactan y el alemán cae. Detrás aterrizan unos cuantos.

“Espero que no sea nada, pero a ver mañana”, dijo Quintana mientras se dolía del brazo y codo derechos.

La felicidad nunca es completa en el Tour. Salvo para Stybar, quien ya presentó credenciales con un triunfo en la Vuelta 2013. Un corredor de aptitudes de clasicómano, con un segundo puesto en la París Roubaix y el triunfo en la pasada Strade Bianche.

La séptima etapa llevará al pelotón de Livarot a Fougères a través de 190,5 kilómetros, una de las últimas opciones para los velocistas y aventureros.

EFE
Lavinotinto.com

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