Hace solo un par de años el ex receptor era solo objeto de elogios, expectativas y alabanzas. El carabobeño llegó a tener la medalla de bronce entre los prospectos más cotizados por Baseball América.
No pocos analistas lo veían como el futuro slugger de los Yankees de Nueva York. Su estreno en las mayores fue estruendoso al disparar cuatro cuadrangulares, remolcar doce carreras y anotar nueve en solo dieciocho compromisos, en los que mostró hasta una gran capacidad para batear hacia su banda contraria.
Dejó entonces una sólida línea productiva de .328/.406/.590 en su primer mes arriba respondiendo a esperanzas que recaían sobre su madero.
Las cosas han cambiado en un abrir y cerrar de ojos. Los halagos también quedaron atrás.
El guacareño perdió su trabajo en mayo pasado y fue enviado a triple A con raquíticos promedios de .208/.264/.327. Entonces inició una nueva era en su carrera en la que el peto y las chingalas quedarían en el baúl de los recuerdos.
Su futuro será como bateador designado o primera base pero mientras hacía la transición se vio involucrado en el escándalo de Biogénesis, siendo suspendido por cincuenta juegos mientras, además, se recuperaba de una cirugía en una rodilla.
Su decepcionante campaña previa y su arribo a Peoria, donde se entrenan los Marineros de Seattle, fuera de forma bastó para que Jack Zduriencik, gerente general de los nautas y responsable de su adquisición hace un par de años cediendo a Michael Pineda, hiciera catarsis este jueves.
“No estoy contando con él”, fustigó el ejecutivo a un reportero del Seattle Times. “No tengo ninguna expectativa. Todas las que tenía se esfumaron. Tenemos jugadores aquí que queremos en las grandes ligas por un largo tiempo. No lo estoy descartando pero en su caso él todavía tiene que probarnos muchas cosas y aún no lo ha hecho. Él todavía no ha dado el paso en la cual acapara la atención de todos pero puede hacerlo. La habilidad está allí”.
El disgusto de Zduriencik se basa en los casi veinte kilos que ganó el criollo en peso corporal durante el invierno. Montero jugó con Cardenales de Lara durante poco más de un mes pero se marchó al sufrir un accidente de tránsito en la cual resultó lastimado en una mano. El Times denunció que el carabobeño jamás contactó a sus entrenadores para acondicionarse y llegar en forma a la primavera.
“Estamos decepcionados en cómo se presentó físicamente”, agregó el gerente. “Tiene un montón de cosas que probar y todo está en sus manos”.
La situación ha puesto al venezolano en un punto complicado tanto que, según MLB.com, el nativo no está entrenándose con Justin Smoak y Logan Morrison, principales candidatos a defender la inicial en la zafra que se avecina. Contrario a eso se encuentra en el segundo campo con las promesas del club.
“Todavía veo que tiene una oportunidad”, adelantó Lloyd McClendon, manager de los Marineros al portal de su club. “Tiene que regresar al día en que fue un gran prospecto en Nueva York poniéndose en la mejor forma física y mental posible. Conversé con él y le dije que estaba en una encrucijada. Es hora de ponerse de pie o hacer silencio. No le estoy cerrando ni abriendo ninguna puerta simplemente depende de él”.
Por: Marcos Grunfeld
Foto cortesía de: mateofischer.mlblogs. com
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