El australiano Daniel Ricciardo volvió a cuestionar la hegemonía de los Mercedes en el Mundial de Fórmula Uno al ganar el Gran Premio de Hungría, en el que el español Fernando Alonso fue segundo, por delante del inglés Lewis Hamilton, que había salido desde el “pit lane”.
Ricciardo (Red Bull), de 25 años, ganó en el Hungaroring la última carrera antes del parón vacacional, una prueba loca marcada por la lluvia que cayó poco antes del arranque, en la que tuvo que entrar dos veces el coche de seguridad, con muchos incidentes y adelantamientos y que se resolvió de forma emocionante, tras una auténtica guerra de estrategias.
El australiano, exultante en el podio, anunció desde allí que arrancará sus vacaciones con varios días de fiesta, al confirmar que no por casualidad había cuestionado en Canadá la dictadura de los Mercedes, cuya embestida final aguantó con enorme maestría Alonso, que retuvo al otro triunfador del día, Hamilton.
Lewis, eliminado en la Q1, salió con nuevo chasis, motor y caja de cambios en un coche incendiado el sábado. Remontó desde el fondo de la parrilla -igual que lo hiciese hace una semana, en Alemania- y acabó tercero, por delante de su compañero y cada vez más íntimo enemigo alemán Nico Rosberg, que salió desde la “pole” y ahora sigue líder, con 202 puntos, pero con once de ventaja, en lugar de 14.
Ricciardo se irá de vacaciones tercero, con 131, dieciséis más que Alonso (Ferrari), que podrá celebrar el martes con absoluta alegría y total merecimiento su trigésimo tercer cumpleaños, tras haber dado otra magistral lección de pilotaje en la pista en la que en 2003 sorprendió al mundo al convertirse -en ese momento- en el más joven y en el primer -y hasta la fecha único- español en ganar en F1.
Llovió momentos antes de la carrera, por lo que todos arrancaron con intermedios, ya que a la hora de salida había parado y la pista, mojada aún, se iba a secar. Rosberg salió bien, su paisano Sebastian Vettel (Red Bull) -séptimo-, que lo hizo a su lado, perdió un puesto en beneficio del finés Valtteri Bottas (Williams) -octavo al final-; y Alonso, que había arrancado quinto, superó a Ricciardo.
Que cimentó gran parte de su éxito al ser de los más listos al entrar el coche de seguridad en la vuelta 9 -tras el accidente del sueco Magnus Ericsson (Caterham)-, con Hamilton ya decimotercero.
La mayoría aprovechó la entrada del “safety” para cambiar a ruedas de seco y el piloto “aussie” fue el mayor beneficiado, al regresar a pista en cabeza, por delante del inglés Jenson Button (McLaren) –décimo, que esperaba nuevas lluvias y siguió con intermedios- y del brasileño Felipe Massa (Williams) -quinto-, con Rosberg cuarto y Alonso octavo, un puesto por detrás de Vettel y con Bottas, en el papel del principal damnificado, rodando undécimo.
Cuando se anunciaba la marcha del auto de seguridad se produjo un nuevo accidente, el del francés Romain Grosjean (Lotus). Y en la 14, cuando Button, que había pasado a Ricciardo en el momento que le anuncian que no parecía que fuese a llover, paró en boxes, Alonso ya era tercero, tras superar a Rosberg y al francés Jean-Eric Vergné (Toro Rosso) -noveno-, rodando detrás de Ricciardo y de Massa.
Para añadir mayor confusión, incluso al más agudo de los expertos, en la vuelta 23 entró un nuevo “safety”, tras el accidente del mexicano Sergio Pérez con su Force India en la recta de meta.
Ricciardo paró también y aunque posteriormente afirmó que el segundo coche de seguridad no le había beneficiado, animó en ese momento por radio a su equipo, al que gritó un «vamos, que podemos ganar esto» que resultó premonitorio. Massa y Bottas también pararon y tras la reordenación, en la 27, Alonso, era primero, por delante de Vergné, Rosberg, Vettel y Hamilton, con el mexicano Esteban Gutiérrez (Sauber), que abandonaría un poco más adelante, octavo.
Fernando apretaba a muerte, marcando las vueltas rápidas en ese momento. Y, tras la parada de Rosberg -a blando usado-, el trompo de Vettel, el adelantamiento a Vergné, Hamilton ya circulaba segundo.
Cuando Alonso paró en la 39, para poner el blando con el que batallaría 31 giros más hasta meta, Hamilton era líder, antes de poner neumático medio una vuelta después y ceder el primer puesto a Ricciardo, que comandaba por delante de Massa y del español. Con los dos Mercedes de Hamilton y Rosberg en cuarta y quinta posición; y el inglés desoyendo las instrucciones de dejar pasar al alemán, que aún tenía que parar, antes de “volar” en su última tanda.
Alonso atacaba a Massa y lo superó cuando paró, ascendiendo al segundo puesto, detrás de Ricciardo, que efectuó su última parada a falta de quince, de nuevo a blandas, y regresó cuarto a pista.
A diez para el final, Alonso lideraba con 1.2 sobre Hamilton y 2.1 respecto a Ricciardo, con Massa, a 25.6; Rosberg, a 25.9 y el finlandés Kimi Raikkonen (Ferrari) -que logró su mejor puesto del año al acabar sexto-, a 26.7.
La batalla final por la victoria fue brutal y sólo en la antepenúltima vuelta, Ricciardo rebasó a Hamilton, antes de dar cuenta de Alonso en la siguiente. El doble campeón mundial no se dejó inquietar por el peligro de ser herido justo al final por las “flechas de plata” y no sólo salvó el podio, sino que retuvo el segundo puesto.
EFE
Lavinotinto.com