La intervención que anunció el pasado martes la FIFA para la Asociación Uruguaya de Fútbol (AUF) terminó de resquebrajar la relación que mantenían los jugadores de la selección con los dirigentes deportivos, que ahora se dividen entre a favor y en contra de la medida.
Este martes la secretaria general de la FIFA, Fatma Samoura, envió una carta desde Suiza a las autoridades de la AUF para comunicar la intervención -que durará hasta febrero de 2019- y la designación de un comité de regularización, que evaluará y modificará los estatutos de la asociación uruguaya.
La noticia cayó como un balde de agua fría para los dirigentes uruguayos que ese mismo martes iban a celebrar una reunión en Montevideo para suspender las elecciones presidenciales previstas y convocarlas en una nueva fecha, luego de que la Confederación Sudamericana de Fútbol (Conmebol) inhabilitara a los únicos dos candidatos.
Inmediatamente, los dirigentes de los clubes y los miembros del Ejecutivo de la AUF rechazaron la medida anunciada por la FIFA, ya que consideraron que contenía errores respecto a las razones que llevaron a la intervención.
Concretamente, la FIFA aludió a la poca transparencia del proceso electoral de la AUF y a la falta de adecuación de sus estatutos para justificar la decisión.
Ambos argumentos fueron rebatidos por los dirigentes, que consideraron que las reglas de la FIFA y de la Conmebol se estaban cumpliendo al respetar la inhabilitación de los candidatos.
Por otra parte, respecto a los estatutos, los dirigentes argumentaron que tenían plazo hasta el 3 de diciembre para adecuarse a las normas de FIFA que, entre otras cosas, modificarían la elección del Ejecutivo de la AUF para incluir a todos los estamentos del fútbol uruguayo y no solo a los clubes de primera división.
El cambio significaría una pérdida de poder de decisión de estos equipos de primera, por lo que se trata de un aspecto muy discutido a nivel de la interna futbolística.
Sin embargo, en otra vereda se pararon los jugadores de la selección uruguaya, los árbitros y los clubes del interior del país, quienes apoyan la decisión de la FIFA y que, según la prensa local, habrían solicitado al organismo rector del fútbol la intervención.
Los futbolistas emitieron un comunicado, replicado por jugadores como Diego Godín, Luis Suárez y Edinson Cavani, en el que apoyan la medida de la FIFA para finalmente dar voz a los reclamos de la «mayoría de los estamentos» del fútbol uruguayo.
Asimismo, celebraron que se instauren, a partir de ahora y de forma definitiva, los principios de «transparencia, democracia y pluralidad» en la AUF.
En tal sentido, pidieron también investigar la contratación de activos del organismo en los últimos 20 años para determinar si, durante ese período, se cometieron irregularidades o actos de corrupción.
La fecha no es casual y está vinculada con el desembarco en el fútbol uruguayo de la empresa de televisación Tenfield, dirigida por Francisco «Paco» Casal, actualmente enfrentado con la Conmebol luego de perder un millonario juicio y de ser tildado como un «enemigo del fútbol» por la secretaria adjunta del organismo, Monserrat Jiménez.
De esta manera, mientras los futbolistas manifestaron su conformidad y su voluntad de apoyar la intervención de la FIFA, los dirigentes comenzaron una ofensiva para intentar revertir la medida.
Entre las acciones previstas se encuentra el envío de una carta al presidente de la FIFA, Gianni Infantino, así como una reunión en Suiza, en la que también piden que se incluya a la secretaria general Samoura.
Sin embargo, la FIFA no ha dado señales de marcha atrás y en la propia notificación anunció la llegada de una misión de observadores para designar a los miembros del comité regularizador.
El desencadenante de lo que ha sido denominado en Uruguay como el «AUFGate» fue la divulgación de audios grabados por el empresario Walter Alcántara, que a finales de julio provocaron la renuncia del presidente, Wilmar Valdez, hasta entonces candidato a ser reelegido.
Los audios desataron la polémica y están siendo investigados por la Justicia uruguaya, debido a que dejarían al descubierto presuntas irregularidades en la gestión de la AUF, incluida una mención al llamado a licitación para instalar cámaras de identificación facial en el estadio Centenario de Montevideo, un proceso asesorado por el Gobierno.
Ahora, ante este turbulento contexto, los clubes de primera se reunirán el jueves y el viernes en la sede de la AUF para analizar la situación y decidir si se llevan a cabo las propuestas de algunos equipos que barajan la paralización de las actividades del fútbol uruguayo y la ruptura de los acuerdos con las gremiales de jugadores y árbitros, según confirmo el presidente de Danubio, Leonardo Goicoechea.
EFE
Foto: Archivo
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