El púgil filipino Manny Pacquiao consiguió un triunfo por decisión unánime sobre el estadounidense Timothy Bradley, a quien mandó dos veces a la lona, y ganó el título de peso welter de la Organización Mundial de Boxeo (OMB).
En la pelea estelar en la función del “MGM Grand” en Las Vegas (Nevada), Pacquiao, luciendo como en sus mejores momentos, se apuntó calificaciones de 116-110, 116-110 y 116-110 sobre Bradley, en una tercera pelea entre ambos púgiles.
Esta vez, a diferencia de lo que sucedió en la primera, cuando todo el mundo vio ganador a Pacquiao, menos los jueces, los elegidos por la Comisión Atlética de Nevada, Steve Weisfeld de Nueva Jersey, y Dave Moretti y Burt Clements de Nevada, hicieron un trabajo impecable.
Reflejaron en sus cartulinas lo que realmente sucedió sobre el cuadrilátero instalado en el MGM Grand Garden Arena, el dominio que tuvo a partir del cuarto asalto Pacquiao sobre Bradley.
Pacquiao con la velocidad y poder de puños que lo han caracterizado a lo largo de su carrera, mandó a la lona a Bradley en dos ocasiones, en los episodios siete y nueve.
Pero no sólo recuperó el poder de su pegada y la agresividad de su boxeo sino que además, Pacquiao, de 37 años, también supo aguantar el castigo que recibió por parte de Bradley, especialmente en el octavo asalto cuando le colocó dos buenas combinaciones de manos.
Bradley logró lastimar a Pacquiao con un gancho de izquierda a la cabeza, pero el filipino pudo abrazarse a su rival y salir de la zona de castigo.
El excampeón estadounidense no lució mucho repertorio de castigo ante Paquiao, que en el noveno asalto ya superaba por mucho a su rival, y cada vez que el filipino veía peligro, sin problemas lo evitaba con fuertes y rápidas combinaciones.
Cuando Bradley trato de hacer una pelea de frente y de presión, recibió el castigo que lo mandó a la lona en el noveno episodio, por lo que decidió mantenerse alejado, tratando de descifrar el boxeo de Pacquiao, pero nunca pudo.
Pacquiao usó poco su hombro derecho en el que tuvo una cirugía, y en esta ocasión a diferencia de sus anteriores peleas usó más el puño izquierdo.
Aunque al parecer el hombro no lo puede usar al mismo nivel que antes, tampoco le afectó mucho, sobre todo porque hizo un trabajo de mano izquierda con el que mantuvo en línea a su rival.
Al concluir la pelea quedó la incógnita de si fue la última que protagonizó como boxeador profesional.
El propio Pacquiao, que recibió una bolsa garantizada de siete millones, dijo que le había prometido a su familia que éste sería su último combate, pero todavía tendrían que hablar.
“Mi propuesta es que debo acabar con mi carrera como boxeador y dedicarme por completo a las personas a las que pueda ayudar en mi país”, declaró Pacquiao, que dejó su marca en 58-6-2 con 38 triunfos conseguidos por la vía del nocáut. “Lo importante es que ambos púgiles hemos dado una gran pelea a los aficionados y quedamos definido nuestro duelo particular”.
Por su parte Bradley, de 32 años, que dejó su marca en 33-2-1-1 con 13 victorias por la vía rápida, reconoció que Pacquiao tuvo más poder físico y en sus puños, por lo que al final no pudo hacerle el daño que deseaba cuando comenzaban cada asalto.
“Era mi mejor momento, pero a medida que avanzaban, Pacquiao imponía su agresividad, era paciente, y pudo colocar buenos golpes”, admitió Bradley. “Ahora debo descansar y ver cual es el siguiente paso a seguir”.
Mientras los miles de aficionados que acudieron a presenciar la pelea despidieron al legendario Pacquiao al grito de ¡Manny, Manny, Manny! como en mejores noches de gloria, por si al final hubiese sido la última de brillante carrera profesional.
EFE
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