Nairo Quintana (Movistar) se convirtió hoy en el primer ciclista colombiano que gana el Giro de Italia, que concluyó hoy en Trieste con la victoria del esloveno Luka Mezgec en la vigésima primera y última etapa.
La última jornada, de 172 kilómetros entre Gemona y Trieste, fue un mero trámite para el nuevo campeón y también un paseo para sus dos acompañantes en el podio final, su compatriota Rigoberto Urán (Omega Pharma), que repitió segundo puesto, a 3:07 del vencedor, y la revelación italiana, Fabio Aru (Astana), a 4:04.
Fue el remate a un Giro un tanto extraño que empezó en la ciudad norirlandesa de Belfast y acabó en Trieste en lugar de Milán, como es habitual, al cabo de un festival colombiano. Los «escarabajos» se mostraron muy superiores, y especialmente en la montaña, de ahí el doblete Nairo Quintana-Rigoberto Urán al final de la contienda.
Quintana partía como uno de los favoritos al podio y tras un comienzo un tanto irregular debido a las caídas y a una infección pulmonar abrió las puertas a otros corredores que contaban menos para estar en el podio final.
Además de los problemas de Quintana, los otros candidatos se encontraron con otra baza a su favor: la retirada del español Joaquím «Purito» Rodríguez debido a una caída.
Esas circunstancias las aprovecharon durante varias jornadas el australiano Cadel Evans, el polaco Rafal Majka, el italiano Domenico Pozzovivo y el canadiense Ryder Hesjedal, vencedor en 2012 y que, como ahora Quintana, hizo historia al ser el primer canadiense en inscribir su nombre en el palmarés del Giro.
Llegó la montaña y arrasaron los colombianos, primero con Rigoberto Urán, también segundo en la pasada edición y líder durante algunos días, y luego con Quintana, que dio el vuelco al Giro en la decimosexta etapa y luego remató con un nuevo triunfo en la cronoescalada de la decimonovena, con final en Cima Grappa.
La polémica de la 16a. jornada de los míticos Gavia, Stelvio y Val Martello fue por culpa de la nieve en el Stelvio. Confusión en las comunicaciones de «radio corsa» en las que fueron muchos los directores que interpretaron que la carrera estaba neutralizada durante el descenso del Stelvio.
Quintana no se enteró de nada y en el descenso del gigante alpino se marchó en busca de la meta aprovechando el embrollo entre directores y organizadores. Una vez más el Stelvio inscribió otro capítulo en su leyenda particular y Quintana realizó la gesta del día, al vestirse de rosa.
Tres días después en la cronoescalada de cima Grappa Nairo dejó claro que era el más fuerte y sentenció la carrera, pues tanto Aru como Uran cedían más segundos de los previstos y Evans arrojaba definitivamente la toalla.
En la última etapa de alta montaña, en el Zoncolan, denominado «La Puerta del Infierno», Quintana aguantó bien los tirones de sus rivales, especialmente del Omega Pharma que comanda su compatriota Rigoberto Uran, se dejó llevar y entró de la mano junto a Uran en una jornada que se llevó el australiano Rogers, segunda en este Giro.
En la última etapa, los 172 kilómetros, entre Gemona y Trieste, reinó la tranquilidad al estar definidos los primeros puestos en la general.
Los compañeros del líder Quintana no dudaron en bloquear la carrera y devolver la calma al grupo antes de llegar al circuito de Trieste donde se volvieron producir varias escaramuzas. La más importante, la protagonizada por Valero Agnoli (Astana), Stefano Pirazzi (Bardiani), Carlos Quintero (Colombia), Lars Bak (Lotto) y Svein Tuft (Orica).
El conjunto Movistar seguía controlando la situación y otros equipos como el Cannondale para Viviani y el Trek de Bouhanni fueron los que marcaron el ritmo en las ocho vueltas al circuito de Trieste. El gran triunfador Quintana se limitó a cumplir el trámite y evitar una caída que pudiera dar al traste con su hazaña de ser el primer colombiano es terminar en lo más alto podio de la prueba italiana.
EFE
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