El Clásico Andino tuvo la presencia de varios nativos de la región dentro del terreno de juego. Las lesiones y las decisiones técnicas concluyeron en la alineación de Romeri Villamizar y Yerikson Murillo en el Deportivo Táchira para enfrentar a Estudiantes de Mérida. Éste último sólo había jugado un partido con la camiseta aurinegra por torneo y fue otro clásico, ante Caracas, en el Clausura 2014.
La segunda oportunidad para el guardameta tachirense llegó ante otro acérrimo rival, de nuevo en Pueblo Nuevo. Daniel Farías dispuso que Yerikson Alexander se encargara de proteger el arco de los embates académicos y el “22” le puso el pecho a la responsabilidad. El choque finalizó sin goles, resultado que detuvo una seguidilla de cinco fechas del Apertura 2014 en las que el Carrusel Aurinegro no pudo mantener su portería imbatida.
Cuando se le pide un recuento del duelo, Murillo rescata la solvencia defensiva del grupo: “El Clásico Andino es un partido vistoso, importante como todos. Lamentablemente no ganamos los tres puntos, pero de buena forma mantuvimos el arco en cero. Estoy muy contento por la ocasión y porque las cosas salieron de excelente manera”.
Sobre los guardavallas recae una presión especial, proveniente en gran parte del señalamiento de los aficionados por los tantos recibidos, pero el oriundo de San Josecito no si intimida antes de los partidos, por el contrario se contenta: “Sentí alegría y satisfacción porque trabajo para eso, para estar atento a las oportunidades que ofrece el cuerpo técnico. Ellos me brindaron este momento y les hice saber que estaba preparado”.
Durante la semana, el consejero de cabecera de todos los porteros atigrados es Diego Gómez, un hombre curtido en las canchas de Colombia: “Me pide que mantenga la tranquilidad en los saques, que no me apure. Él me dice cómo comportarme dentro de la cancha y cómo ofrecer una buena actitud. Con Diego trabajamos durante la semana, es quien nos ve día a día, por ello nos dice las cosas que hay que mejorar, las que se deben hacer. Nos ayuda mucho tener a nuestro lado un ex arquero de mucha experiencia”.
Daniel Farías también le da importancia a la comunicación con sus jugadores y dedicó algunas palabras al tachirense, previas al cotejo con los merideños: “El profe me dijo que estuviera tranquilo y que aprovechara esta bonita oportunidad de estar en el once titular”.
Un valor influyente en el rendimiento individual de un futbolista, es la sensación de cobijo proveniente del grupo, de sus socios dentro del campo de juego: “Me sentí con mucha confianza, ya había jugado un par de veces en la Copa Venezuela y eso me ayudó a tener más seguridad dentro de la cancha. Entrar sin ritmo de juego algunas veces es complicado, pero mis compañeros me ayudaron muchísimo, se esforzaron y colaboraron para no recibir goles”.
EFE
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