El himno de Puerto Rico sonó por primera vez en la ceremonia de medallas de unos Juegos Olímpicos después de que la jugadora Mónica Puig se proclamara campeona del torneo individual femenino tras batir a la alemana Angelique Kerber.
La raqueta de San Juan, de 22 años, no pudo controlar la emoción mientras sonaban los compases de la música de su país en la ceremonia de entrega. La tenista de San Juan no cesó de contemplar el premio obtenido y de sonreir.
Durante sus 68 años de historia en los Juegos, Puerto Rico sólo ganó ocho medallas, ninguna de oro y ninguna de una mujer. Mónica Puig se convirtió en la primera mujer medallista de su país. Después, amarró el primer oro olímpico del deporte boricua.
Tras la final, Mónica Puig lloró en medio de la pista. Corrió hacia uno de los fondos, con una silla en la mano para poder alcanzar al palco de su equipo. No llegó. Tomó una bandera de Puerto Rico y cubrió con ella todo su cuerpo con la que enfiló el camino de los vestuarios.
La portorriqueña Mónica Puig, campeona olímpica en el cuadro individual femenino de tenis de Río 2016, se describió como una jugadora «agresiva en la cancha, con una actitud cojonuda y de fuego boricua».
La tenista, exultante por el histórico éxito para el deporte de Puerto Rico, destacó el empeño que pone en cada cosa que hace.
«Soy agresiva en la cancha, apasionada con lo que hago, con una actitud cojonuda, el fuego boricua dentro de mí y cuando me pongo una meta sé que lo puedo lograr», indicó como aspecto clave en el triunfo en Río.
La pista central del Centro Olímpico de Tenis jaleó permanentemente a Puig durante su partido con la segunda jugadora del mundo, la alemana Angelique Kerber.
«Cuando escuché el «sí se puede», luché más. Todo se puede en la vida. No tuve ninguna duda de que podía ganar la medalla», relató la jugadora 34 del mundo.
«Traté de no pensar en el partido. Mantenerme relajada pero ví vídeos de ella, de Angelique y ver cómo enfrentarla. Tomé confianza de lo que podía hacer y lograr. Espero que suponga un salto hacia los primeros puestos del ránking», desveló sobre su preparación.
Los Juegos han sido, dijo, «el torneo de mi vida».
«Nunca pensé en lograr esto. Pensé en el fondo que si no lo lograba ahora tenía dentro de cuatro años para lograrlo pero yo lo quería ahora», apuntó la tenista de San Juan, que confía en lograr más éxitos como el que obtuvo en Brasil.
Destacó sobre todo el empeño y la convicción. «La fe que tenía en mí que podía lograr algo así. Sabía que algo grande iba a llegar en cualquier momento. Estoy orgullosa de ello y se que esto no va a parar», advirtió la jugadora.
«Estoy feliz porque hice historia en mi país y eso vale oro», apuntó. «Viva Latinoamérica. Representaré a Latinoamérica hasta que muera», alentó.
EFE
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