El nadador estadounidense Michael Phelps, el deportista más laureado del olimpismo (con 18 oros, dos platas y dos de bronce), declaró en Río de Janeiro que va “a ser capaz de acabar” su carrera deportiva como él quiere y que eso “es lo único” que le “importa”.
Phelps, nacido hace 31 años en Baltimore (Maryland), que ganó seis oros y dos bronces en los Juegos de Atenas 2004; los históricos ocho oros en Pekín 2008 y otros cuatro más, a los que añadió dos platas, en los de Londres, hace cuatro años, efectuó estas declaraciones durante una multitudinaria rueda de prensa, en la sala “Samba” del Principal Centro de Prensa (MPC) de Río de Janeiro.
El astro estadounidense debutó con 15 años en los Juegos de Sydney (Australia) y se retiró después de los de Londres con el mejor palmarés, de lejos, de toda la historia olímpica.
Pero, tras superar numerosos problemas personales, algunos relacionados con el juego y el alcohol, Phelps anunció en 2014 su regreso a la competición. Y en Río, donde disputará sus quintos Juegos, será, además, el abanderado de su país.
“Para mí, lograr clasificarme para competir en el equipo olímpico en 2000 (Sydney) ya fue muy importante. Y luego, cada vez fue mejor en los siguientes Juegos. Es un honor tremendo. No tengo palabras”, explicó Phelps, que compareció junto a su técnico, el mítico Bob Bowman. Con el que se empezó a entrenar a los once años.
El enfoque que Phelps le da a estos Juegos es totalmente distinto a los anteriores. Aparte de haberse recuperado de sus adicciones, se reconcilió con su padre, separado de su madre desde que él era joven, lo que provocó que fuera criado, en palabras propias, siempre rodeado de mujeres.
Y, además, hace unos meses fue padre él mismo, de un niño, Boomer, con su prometida, Nicole Johnson, Miss California en 2010.
“Hablé con mi agente y ésta vez es todo más emocional que en otros Juegos. Ser elegido para liderar al equipo en una Ceremonia de Apertura es una de las cosas más sensacionales que me pasaron”, dijo Phelps, a quien no le preocupa la posibilidad de no volver a ganar en unos Juegos en los que, en principio, disputará los 100 y 200 mariposa y los 200 estilos; y, presumiblemente, el relevo 4×100 estilos.
“No me preocupa esa posibilidad”, contestó, en rueda de prensa, el “tiburón” de Baltimore. “Me estoy divirtiendo, me gusta lo que hago. Bob y yo volvemos a hacer chistes en la piscina, durante los entrenamientos. Seré capaz de acabar la carrera como quiero. Y es lo único que me importa”, recalcó Phelps, que analizó el gran cambio que dio su vida estos últimos años.
“El cambio en todo me dio una cabeza clara, en la piscina y en la vida. Experimenté que hay cosas en las que posiblemente antes nunca me había fijado. También hubo gente que influyó en mí y a la que les estoy muy agradecido”, indicó el multicampeón norteamericano en referencia a Bowman. Padre deportivo y sargento.
“Nicole me manda fotos a diario del niño. Y verlo crecer es algo apasionante. Éstos serán mis potenciales últimos Juegos”, dijo Phelps entre risas. “Y saber que verá mis potenciales últimas carreras me hace mucha ilusión poder compartir con él”, apuntó.
Phelps comentó que en la Villa Olímpica se cruzó con el tenista serbio Novak Djokovic, número uno del mundo, con el que habló un rato.
También coincidió durante su rueda de prensa con su entrenador, Bowman, que, al ser preguntado por el asunto del dopaje, declaró que “el sistema está roto y debe ser arreglado”.
Al ser cuestionado por eso mismo, en concreto con lo que se refiere a Rusia, sobre cuyos nadadores el Comité Olímpico Internacional (COI) aún tendrá que decidir, Phelps fue rotundo: “Siempre digo lo mismo: todos queremos deportistas limpios”.
“Soy el único que puedo controlarme a mí mismo. A nadie más. Pero no sé si durante mi carrera puedo decir que competí en un deporte limpio. Estoy de acuerdo con Bob en que hay cosas que deben cambiar”, apuntó el deportista más laureado en toda la historia del olimpismo.
“Hay gente en el equipo que me lo dice. Incluso Katy. Es tremendo”, indicó Phelps sobre Katy Ledecky, campeona olímpica de 800 en los Juegos de Londres con 15 años y que ahora apunta muy alto en los de Río.
“Lo fantástico de unos Juegos es que no importa quién seas, porque siempre tendrás el nivel de competir al más alto nivel. Y ser capitán de este equipo es algo tremendo”, añadió la superestrella americana, que tuvo palabras de apoyo para el equipo de refugiados que competirá en Río. Que, en muchos casos, tuvieron que nadar de otra forma: para intentar salvar sus vidas.
“Este tipo de historias demuestra lo fascinantes y potentes que unos Juegos pueden ser. Estamos juntos durante dos semanas gentes de lugares, tradiciones y culturas diferentes. Para divertirnos y representar a nuestros países. Éste es el evento más fascinante en el que puedes estar”, indicó.
“No hay otro en el que puedas interactuar con tanta gente. Y espero que todos ellos puedan disfrutar aquí. Para mí, los Juegos Olímpicos son lo mejor que me paso”, afirmó Michael Phelps en Río de Janeiro.
EFE
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