El último semestre del pasado año en lo personal no fue el más grato, sin embargo, los valores familiares y palabras de aliento de muchos amigos lo hicieron más fácil, de esta forma, el joven delantero Daniel Febles salió adelante para seguir mostrando su capacidad en los gramados del país.
Al igual que su compañero de equipo Franco Fasciana, Febles viene de una familia amante del balompié, su padre, Pedro Febles, fue un gran futbolista, miembro de la selección “Vinotinto”, que dejó igualmente su huella goleadora en varias oncenas del país.
Daniel Febles dio sus primeros pasos en el balompié en la academia deportiva de San Agustín de El Paraíso, ubicada en la ciudad capital, parte de su ruta por categorías menores la cumplió en dicho equipo.
Cuando cumplía la edad para conformar la categoría Infantil C, Febles pasó a las filas dela HermandadGallega, allí tuvo la dicha de ser dirigido por su progenitor por primera vez, durante un lapso de doce meses.
Dos años más siguió vistiendo la camisa del club social Ibérico, a los 17 saltó a las filas del Caracas Fútbol Club, donde jugó las categorías sub-18 y sub-20, posteriormente, hizo su debut en la categoría reina del balompié nacional con la oncena capitalina.
“Debuté en el año 2009, como para todo futbolista es un momento súper especial, fue en Puerto Ordaz ante Mineros, ese día ganamos 2×1, mi primer equipo estaba haciendo pretemporada en esa ciudad y mis profesores me vieron”, manifestó Febles
EL FÚTBOL EN LAS VENAS
Desde pequeño Daniel Febles fue atraído por el deporte, jugó muchas veces baloncesto y béisbol, su padre, siempre le dio la oportunidad de escoger la disciplina que más le atrajera, pero el ahora ariete “Aurirrojo” no pudo traicionar sus raíces y terminó decidiendo por el balompié.
“De pequeño jugué de todo, siempre me gustaba estar en una cancha, además, acompañé a mi padre muchas veces, él siempre me dijo que me decidiera por el deporte donde me sintiera bien y donde pudiera disfrutar mucho, nunca me presionó a pesar que fue futbolista, ahora sabemos cual fue la elección (entre risas)”, expuso Febles.
UN BONITO COMPROMISO
Después de su salida del Caracas Fútbol Club, Daniel Febles pasó por las filas de otro equipo capitalino, Real Esppor, esa oportunidad lo volvió a unir junto a su padre en las canchas, responsabilidad mayor para el joven atacante, que debía demostrar a fuerza de trabajo su estancia en el conjunto merengue y no por su progenitor.
“Recordar a mi padre es sonreír, siempre en los entrenamientos había mucha alegría, buen ambiente, debía trabajar fuerte para ganarme las cosas, era un jugador más y no el hijo del entrenador, esa figura paterna siempre fue fuera de los campos”, señaló.
Daniel Febles no vivió un soñado último semestre, la enfermedad de su padre y posterior muerte, aunado a una lesión, fueron partes de un periodo que a fuerza de voluntad y ganas de mejorar sacó adelante.
“Fueron momentos difíciles, siempre destacó los grandes valores que me inculcó mi familia desde pequeño, las palabras de aliento de toda Venezuela, fueron el fruto de todo lo que dio mi padre en los campos de fútbol”, confesó Febles.
UN NUEVO CAMINO
El ariete no deja de agradecer la gran oportunidad que le brindó el Aragua Fútbol Club, su principal objetivo que es tener minutos en el esquema de Ángel Raúl Cavalleri, lo esta consiguiendo, ahora, la continuidad y aportar buenos dividendos es la forma que tiene de pagar la confianza que le han dado.
“Siempre he manifestado que me identificó mucho con el Aragua FC, es un equipo muy trabajador con mucha humildad, no subestimamos a nadie, cada encuentro están importante como el siguiente”, dijo el atacante.
Febles comentó que la suerte no ha acompañado a los “Aurirrojos” en los últimos compromisos, sin embargo, siguen trabajando mucho para conseguir los goles que traigan los resultados positivos al equipo.
A sus 21 años, Daniel Febles tiene como meta a corto plazo consolidarse como un gran jugador, en sus momentos libres comparte mucho con sus compañeros de la casa club y cuando el tiempo lo permite lo hace con su familia, el ariete “Aurirrojo” extraña mucho la gran paella que hace su abuela todos los domingos y entre risas dijo que un día la traerá a Maracay para que haga una gran comida para todos sus compañeros.