Las cuatro mejores selecciones del Mundial sub-17 de la India, Brasil, Inglaterra, Mali y España, buscarán su plaza en la final del próximo sábado para luchar por heredar el trono que deja vacante Nigeria.
A tenor de lo acontecido desde que comenzó el torneo el pasado 6 de octubre, se presentaron en este penúltimo peldaño los equipos que más y mejor jugaron, cada uno con su estilo y sus formas, aunque todos tuvieron que pasar por momentos de apuros y hasta de angustia.
Brasil, única campeona mundial de la categoría que sigue en liza, e Inglaterra abrirán el programa en el estadio Vivekanada Yuba Bharati Krirangan de Calcuta, a donde se trasladó el partido por las malas condiciones del terreno de juego del estadio Indira Gandhi Athletic de Guwahati, que quedó muy afectado tras la espectacular tromba de agua que cayó y que ya afectó al Mali-Ghana de cuartos de final.
La canarinha llegó al Mundial sin su gran figura, Vinicius Jr, sin permiso del Flamengo, pero aun así Carlos Amadeu presentó un equipo una vez más magnífico con jugadores que llaman a la puerta del estrellato, como Lincoln, Paulino, Alan o Brenner, sin desmerecer a los demás.
Brasil busca en la India su cuarto título tras los conseguidos en 1997, 1999 y 2003. También fue subcampeona en 1995 y 2005. Por lo tanto, trata de volver a una final doce años después de la que perdió ante México en Perú y ganar el título catorce más tarde del sumado en Finlandia frente a España.
En la presente edición ganó todos los partidos que disputó. Lo hizo con autoridad en la mayoría y con capacidad de reacción en el primero, ante España, y en el último de cuartos ante Alemania. En ambos casos tuvo que remontar un marcador desfavorable y soportar el empuje de los europeos.
Carlos Amadeu consiguió aunar un bloque potente en lo defensivo (precisamente encajó un gol ante España y no volvió a hacerlo ante Alemania) y mágico en la vertiente ofensiva que resulta prácticamente imparable.
Enfrente tendrá a Inglaterra, cuya cantera puede coronar una época de ensueño tras haberse proclamado campeona mundial sub-20 en Corea del Sur. Nunca había llegado tan lejos en un torneo sub-17.
Ni siquiera la ausencia tras la fase de grupos de su principal figura, Jadon Sancho, reclamado por su equipo, el Borussia Dortmund, mermó un ápice la marcha del conjunto de Steve Cooper, que pasó su gran apuro en los octavos, cuando tuvo que acudir a los penaltis ante Japón después de acabar el encuentro con empate a cero.
Rhian Brewster emergió con un triplete en los cuartos ante Estados Unidos (4-1) e Inglaterra cumplió con los pronósticos y sigue en la lucha por su primer título y se presenta como un rival de cuidado para Brasil.
A continuación se disputará en el estadio Dr DY Patil de Nueva Bombay la segunda semifinal entre Mali y España, los campeones de África y de Europa, respectivamente.
Será un choque de estilos, entre una selección española que explota su juego combinativo y una de Mali que impresiona por su potencia física y su gran evolución futbolística.
Italia’91, Finlandia 2003 y Corea del Sur 2007 vieron a la Roja luchar por el único título universal que le falta al fútbol masculino español. Los chicos de Santi Denia quieren volver a una final diez años después de la cita surcoreana y ocho desde que, en Nigeria 2009, jugase su última semifinal.
Entonces fue la anfitriona la que le apartó de la lucha por el oro (3-1) en el estadio Teslim Balogun de Lagos, y los Koke, Iker Muiaín, Isco, Pablo Sarabia, Álvaro Morata y compañía quedaron abocados a luchar por el bronce. El propio Isco fue el autor del tanto del triunfo ante Colombia que llevó a España a su quinto podio.
En esta ocasión, Santi Denia y sus chicos no solo consiguieron devolver a España al Mundial, sino que lograron que otra vez acceda al penúltimo peldaño del torneo. Su sólida andadura solo tuvo el lunar de la última media hora del primer tiempo en el debut, en la que permitió que Brasil reaccionara y remontara el tanto inicial de la Roja.
A partir de ahí, la selección nacional mostró su solvencia, con su juego combinativo, y ganó a Níger (4-0) y Corea del Norte (2-0) para llegar a los octavos.
Francia, que llegaba lanzada, sucumbió ante la superioridad de los de Santi, que en este caso tuvieron que remontar el marcador adverso y lo culminaron con un penalti al final transformado por Abel Ruiz (2-1); e Irán, la gran revelación, en cuartos poco pudo hacer ante la eficacia y la demostración de juego (3-1).
Los campeones continentales presentan un bloque definido, un once titular que se recita prácticamente de memoria y que dio buenos frutos, con lo que no se espera novedad alguna salvo problema de última hora.
Lo peor es que uno de los habituales, que tan buenos resultados le da a Santi saliendo desde el banquillo, el sevillista José Lara, no podrá jugar por sanción tras ser amonestado en los cuartos.
Los campeones de Europa volverán a enfocar el encuentro con la pretensión de manejar el control del balón y evitar pérdidas que permitan a los «esprinters» malienses hacer daño a la contra.
No obstante, se antoja complicada la misión. Mali, dotada de una gran capacidad física, ejerce una presión y esto puede complicar la circulación de balón. Además, Jonas Komla dispone de un bloque muy bien armado y con notable calidad técnica. Todo un rival con mayúsculas.
Mali tiene también su baja por sanción y de gran relevancia, la de su capitán Mohamed Camara, mediocampista del Real Bamako, hombre clave en la marcha de la selección africana, cuyo inicio, como el de España, fue de derrota ante Paraguay (2-3), pero a partir de ahí se ha destapado y confirmó los pronósticos. Turquía (3-0), Nueva Zelanda (3-1), Iraq (5-1) y Ghana (2-1) sufrieron en sus carnes su potencial.
El despliegue ofensivo que presentan los africanos lo atestigua el hecho de que es el equipo que marcó más goles junto a Inglaterra y Francia, con quince, de los que cinco los logró Lassana D’Diaye (igualado en la cabeza de artilleros con el germano Jann-Fiete Arp y el francés Amine Gouiri), y Djemoussa Traore y Hadji Drame consiguieron tres.
EFE
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