En un 2018 en el que la Vinotinto pasó más de medio año sin jugar, la campaña de Josef Martínez en Estados Unidos resultó ser lo más destacado para el fútbol nacional.
El atacante ratificó que consiguió su lugar en el mundo en el Atlanta United. El carabobeño destrozó el récord previo de goles en la MLS, se coronó campeón de la liga norteamericana y acaparó buena parte de los premios individuales.
Su rendimiento se reflejó en 35 anotaciones, incluida una en la final ante el Portland Timbers, dirigido de forma brillante por otro criollo, Giovanni Savarese, en su primera temporada en la máxima competición estadounidense.
Martínez cerró el año entre los principales goleadores de ligas en el mundo y en el top 5 de las votaciones para el premio Rey de América del diario uruguayo El País.
Además de Martínez, en el exterior otros jugadores tuvieron un año para valorar. José Salomón Rondón recuperó la senda goleadora en el Newcastle inglés, Eduard Bello fue el mejor extranjero del torneo chileno, Jan Hurtado dejó atrás un limbo futbolístico e irrumpió en la Copa Argentina, Yohandry Orozco fue campeón en Colombia.
Sin embargo, sus actuaciones no se pudieron reflejar en la selección.
Venezuela dejó pasar la fecha FIFA de marzo y la serie de partidos en las semanas previas al Mundial de Rusia. Sin duelos oficiales desde noviembre de 2017, en el primer semestre del año apenas un puñado de jugadores entrenó con la sub-20. De ellos, solo Luis Del Pino Mago integró las posteriores convocatorias.
Finalmente, la espera vinotinto terminó en septiembre. Seis partidos en las fechas restantes del año -uno de ellos no oficial ante País Vasco- demostraron que hubo un precio a pagar por la falta de actividad. Pese a los triunfos ante Panamá y Emiratos Árabes, un ataque con pocos recursos, una defensa que dio concesiones y una propuesta poco vistosa señalaron que queda mucho por hacer.
Pese a que la Copa América de Brasil está en el horizonte, la atención del cuerpo técnico nacional se volcó principalmente hacia la Vinotinto sub-20, que intentará en 2019 emular lo hecho en el ciclo previo, el subcampeonato del mundo de la categoría.
El torneo nacional siguió su marcha, con altos y bajos. Las cifras de público continuaron su descenso, en una competición afectada por la irrefrenable partida de talentos al exterior y las dificultades para contar con escenarios acordes.
Zamora FC terminó siendo campeón por cuarta vez, con un plantel renovado y que dependió del brillo de jóvenes valores: Danny Pérez en el primer semestre y Antonio Romero en el segundo. El finalista -y campeón del Clausura- fue el Deportivo Lara, en base a la regularidad pese a lo corto de su plantilla.
La Copa Venezuela quedó en manos del Zulia FC, que así le dio lustre a un año de poco brillo y pescó en río revuelto mientras los principales favoritos optaron por buscar el campeonato rentado.
La venidera temporada se plantea como otra de incertidumbre para el campeonato doméstico. Los rumores apuntan a una ampliación a 20 equipos, idea que hasta ahora ha tenido una agria recepción en el ambiente futbolístico.
Ni el Caracas FC ni el Deportivo Táchira pudieron acabar con sus sequías de títulos. El cuadro rojo salvó la temporada con el pase a los octavos de la Copa Sudamericana, la mejor actuación venezolana en el ámbito continental. El club aurinegro pasó una ronda previa en la Copa Libertadores, pero desmejoró en el resto del año.
El cuadro capitalino regresará en 2019 a la Libertadores, donde estará junto a Zamora, Lara y el debutante Deportivo La Guaira. El elenco zuliano estará acompañado en la Sudamericana por Mineros de Guayana, Monagas SC y el consolidado Estudiantes de Mérida. Táchira tendrá un año sin copas internacionales.
Llaneros de Guanare se coronó en la segunda división con nota sobresaliente: campeón del Apertura, semifinalista del Clausura y cuartofinalista de la Copa Venezuela.
El fútbol femenino vivió una etapa gris. Las selecciones sub-17 y sub-20 no pudieron repetir la clasificación al Mundial de sus categorías. La Vinotinto femenina mejoró sus resultados en la Copa América pero no le fue suficiente para aspirar al menos a un cupo a los Juegos Panamericanos.
En la todavía incipiente Superliga, Flor de Patria FC alzó su primer título aunque luego en la Copa Libertadores pasó sin pena ni gloria.
Tras un 2018 de mayor destaque individual que colectivo, 2019 será, además del año de la Copa América, un período en el que el fútbol venezolano buscará despertar de un letargo que amenaza con afianzarse.
Javier Rivera
Foto: Archivo
Lavinotinto.com
