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La liga más larga del mundo

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"No puedo adivinar el futuro, pero espero jugar hasta los 40-42 años. Mi disparo con la zurda es más débil que antaño, pero apenas he perdido velocidad", aseguró Roberto Carlos, que ha fichado por el modesto equipo norcaucásico del Anzhí de Majachkalá.

El veterano lateral, de 37 años, sorprendió a los aficionados de todo el mundo al abandonar el Corinthians tras recibir amenazas de muerte y continuar su gloriosa carrera en la república norcaucásica de Daguestán, una de las más inestables de Rusia.

Roberto Carlos, campeón mundial con Brasil (2002) y que se alzó tres veces con la Liga de Campeones con el Real Madrid (1998, 2000 y 2002), será el futbolista mejor pagado de este país con un sueldo de unos 5 millones de euros por temporada, un regalo del nuevo propietario del Anzhí, el multimillonario Suleiman Kerímov.

Por si fuera poco, el equipo daguestaní también se ha reforzado con Diego Tardelli, reconocido delantero internacional de 25 años del Atlético Mineiro.

Al igual que Kerímov, el presidente de la vecina Chechenia, hasta hace poco territorio comanche para el fútbol, Ramzán Kadírov, también decidió rascarse los bolsillos para importar talento del exterior para reforzar al Térek de Grozni y mejorar la imagen de su república.

Tras no llegar a un acuerdo con el técnico español Víctor Muñoz, el líder chechén decidió optar por un técnico de la subcampeona mundial, Holanda, y fichó a Ruud Gullit, el legendario jugador del Milán, pero cuyo historial como entrenador es más bien pobre.

Poco importa, el objetivo de Kadírov es mejorar la imagen de Chechenia a través del fútbol con el objetivo declarado de albergar algún partido de la primera fase de la Copa Mundial que se celebrará en Rusia en 2018.

"Yo he estado en lugares muy peligrosos y pobres en los que la gente vive en basureros. En tales lugares el fútbol cambia el destino de las personas. Para mí es muy importante dar alegría a la gente a través del fútbol, por eso no tenía miedo", dijo Gullit, que fue recibido como un héroe en la reconstruida Grozni, escenario de dos cruentas guerras en el cambio de siglo.

En cuanto al resto de equipos, el favorito en todas las quinielas es el Zenit San Petersburgo, campeón de liga y copa en 2010, y que se alzó el pasado fin de semana con la Supercopa al derrotar al CSKA (1-0).

El italiano Luciano Spalletti, técnico del Zenit, que cuenta con el generoso patrocinio del gigante gasístico Gazprom, ha optado por mantener intacta la plantilla, aunque a todas luces necesita recambios en la delantera, en la que Kerzhakov está muy solo.

 

El portugués Danny sigue siendo la estrella indiscutible del equipo, al que podría regresar en verano el hijo pródigo, Andréi Arshavin, cuyo rendimiento en el Arsenal ha bajado mucho en los últimos meses.

El CSKA Moscú parece el rival más peligroso para el equipo de la antigua capital imperial con un portero internacional (Akinféev) y jóvenes promesas (los rusos Dzagóev y Mamáev, el serbio Tosic y el japonés Honda).

El chileno Mark González continúa en el equipo, que está dirigido por el mejor técnico nacional, Leonid Slutski, y cuenta con una magnífica delantera (el brasileño Wágner Love y el marfileño Doumbia).

Mientras, el Rubín, campeón de liga en 2008 y 2009, aún está en busca de una nueva identidad tras anunciar su técnico, Kurbán Berdíev, que las tácticas ultradefensivas son cosa del pasado y que intentará mirarse ahora en el espejo del Barcelona.

El central español César Navas, el lateral argentino Ansaldi y el ecuatoriano Noboa sigue siendo fijos en el equipo tártaro, que ha fichado al delantero ecuatoriano Walter Chala (Deportivo Cuenca).

El cuarto equipo en discordia es el histórico Spartak Moscú de Valeri Karpin, que ha reforzado su línea más débil, la defensa, con el joven argentino Marcos Rojo (Estudiantes) y el español Sergio Rodríguez (Hércules).

Este campeonato de liga pasará a los anales de la historia, ya que durará 15 meses y servirá de transición al calendario otoño-primavera vigente en la mayoría de países europeos, e incluirá en el futuro un parón invernal.

Hasta ahora, el campeonato ruso se disputaba de marzo a noviembre para evitar la disputa de partidos durante el crudo invierno, cuando las temperaturas son muy bajas y los campos están cubiertos por un manto de nieve.

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