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Juan Barrera puso a Nicaragua en el mapa futbolístico

Tras firmar el martes una tripleta «in extremis» que clasificó a Nicaragua para la Copa Oro 2017 por segunda ocasión, Juan Barrera Pérez voló hacia Guatemala con estatus de héroe, en un viaje distinto al primero que hizo a Costa Rica hace 22 años, cuando sólo era un niño que quería estar con su mamá.

El triplete de Barrera ante Haití en Managua lo convirtió en héroe porque trascendió los números, ya que hasta el minuto 84 el juego estaba 0-0, marcador que eliminaba a Nicaragua de la próxima Copa Oro (perdió 1-3 en Puerto Príncipe), un torneo casi prohibitivo para el país centroamericano, pero no para las aspiraciones de aquel niño de cinco años que emigró a Costa Rica.

Si el destino estuviera escrito con anticipación, probablemente Nicaragua no estaría celebrando su «copa mundial» particular, ya que Barrera ha dicho que abandonar su natal Ocotal, significó dejar lo que más le gustaba en la vida: tomar el balón y jugar al fútbol en el campo «Zamora», donde de niño se llenaba de barro y raspaba sus rodillas.

Para Barrera esa fue la primera «barrera» que lo separó del fútbol. Algunos años de estudios en Cuba y las recomendaciones de su papá por que se dedicara al baloncesto, lo separaron del balompié.

Pero el nicaragüense siempre escuchaba una voz que lo animaba a seguir su pasión, eran palabras del «mejor del mundo», su hermano Eddy Espino Pérez, quien lo mantuvo prácticamente con el balón en el pie.

Un día Barrera le dijo a su papá lo que realmente quería, recibió su apoyo, y no paró.

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En Costa Rica creció hasta colarse en los equipos inferiores de la Liga Deportiva Alajuelense, con sólo 19 años el volante firmó con el Walter Ferretti de la primera división de Nicaragua en 2008, y dos años después jugaba con el Tauro panameño.

Sin embargo, no todo fue felicidad, tras la temporada de 2011 se regresó de Panamá para dedicarse a su hijo, quien necesitó una operación a corazón abierto para seguir viviendo.

Barrera convirtió ese revés en una oportunidad, al firmar en 2012 con el Real Estelí, a hora y media de distancia de Ocotal, desde donde hizo méritos para ser fichado por el Petare venezolano en 2013, y para que se le considerara el mejor futbolista de Nicaragua.

En 2014 regresó al Real Estelí y en 2015 se convirtió en el primer deportista en saltar directamente desde la primera división de Nicaragua hacia una liga de Europa, al integrarse al SC Rheindorf Altach, de Austria.

A inicios de 2016 se convirtió en un refuerzo de lujo para su club actual, el Comunicaciones guatemalteco, donde ha afirmado sentirse cómodo.

Frente a Haití, el nicaragüense mostró todo su arsenal técnico, gran velocidad, excelente dominio del balón, desborde, pases de fantasía, peligro, carácter y liderazgo, que se reflejó en cada gol: uno de penalti con potente disparo a un costado, otro de ‘palomita’ pero de espaldas al arco, y uno en el que bajó con el pecho un pase largo desde su propio campo, dominó con la cabeza, adelantó con la rodilla izquierda, corrió como bólido y culminó con el mismo pie, para la tripleta histórica.

Horas después de eliminar a Haití, Barrera madrugó para un nuevo viaje, ahora lleno de gloria, y lejos de la imagen del niño emigrante, que sin embargo afirma no olvidar.

EFE
Lavinotinto.com

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