Rodeado de internacionales venezolanos con muchas batallas en sus piernas, Ayrton Páez no pierde detalle en tierras españolas de todo lo que sucede durante su primera concentración con la Vinotinto.
Son jornadas donde se adapta a una situación hasta ahora anecdótica, pero que debería ser normal en un futuro no muy lejano si cumple con las expectativas que le sitúan como digno heredero del mito nacional Juan Arango.
Ambos están unidos por el talento y por una isla, Mallorca. Allí comenzó su andadura en el fútbol europeo Arango y allí es donde Páez pule actualmente sus virtudes. Solo coincidieron un año pero queda algo de aquél encuentro en el más joven.
«Es una referencia mía dentro del Mallorca. Tuve un muy buen trato, fuimos a comer varias veces. El club como tal quiere de mí que sea otro Juan. Incluso tengo amigos que en la calle me dicen el ‘nuevo Juan'», indicó Páez en declaraciones a la agencia EFE.
«Es difícil hacer lo que hizo él. Para mí es el mejor jugador que he visto en el Mallorca, una calidad increíble y la pegada estupenda. Es un reto poder llegar a lo que fue él», añadió con ambición.
El objetivo es triunfar en un oficio que adquiere tintes de negocio familiar cuando se habla de su apellido. Hijo del internacional Andrew Páez, sobrino del que fuera seleccionador Richard Páez, primo de otro jugador que debutó en la absoluta como Ricardo David Páez y perteneciente a una estirpe donde más nombres han tenido algo que ver con el fútbol del país; vivir del balón es casi una exigencia.
«Yo no pude ver a mi padre en la selección pero tengo vídeos donde lo he visto. Con mi tío, cuando era seleccionador, pude ir a muchas concentraciones, conocer a varios jugadores. Desde pequeño te inculcan el fútbol. El fútbol para nosotros es como una religión. Prácticamente al que no juega en la familia, no lo ven bien», explicó.
De momento se encuentra en el camino aunque ansía ir más allá: «Mi idea y mi meta es poder estar en la primera plantilla del Mallorca para después dar un salto a un equipo más importante. Queda un pasito, queda esperar la oportunidad y hay que seguir trabajando para lograrlo».
«Tuve varias ofertas. De momento sigo en el Mallorca pero esperando una oportunidad y siempre y cuando no me la den y me ofrezcan algo mejor al final de temporada, tendré que valorar las opciones y ver lo mejor para mí en el futuro», agregó.
Sin embargo, esa realidad queda aparcada estos días en los que Páez quiere disfrutar con la experiencia que supone representar a Venezuela: «Estoy muy contento, muy feliz de poder estar aquí con los compañeros. Es una meta cumplida y espero poder seguir viniendo a otras convocatorias para representar a Venezuela y dejarla por todo lo alto».
Pese a ello, no olvida que aún se cuenta con él en las inferiores: «Es un reto jugar tanto el Panamericano como el Sudamericano Sub-20 y poder hacerlo bien para después tener una oportunidad en la absoluta».
Esas próximas citas las afronta con entereza, sabiendo que muchos ojos están puestos en él: «Es algo que voy a asumir, que puedo asumir y que lo haré con mucho gusto. Estaré dispuesto a ser un jugador de peso en el equipo», cerró.
EFE
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