El exvicepresidente de la FIFA, Jack Warner, se declaró «inocente de todos los cargos» de corrupción que se le imputan después de que autoridades suizas y estadounidenses ordenaran la detención de varios altos dirigentes deportivos por cargos de corrupción.
«No he sido cuestionado sobre este asunto. Reitero que soy inocente de todos los cargos», dijo Warner en un comunicado, en el que reitera que, tras retirarse del organismo deportivo hace cuatro años, únicamente dedica su atención a «la gente de Trinidad y Tobago», su país.
El actual dirigente político en Trinidad y Tobago es uno de los catorce acusados de corrupción, siete de los cuales han sido detenidos.
Warner, de 72 años, indicó que se había «retirado de la política del mundo del fútbol para mejorar la vida de las personas» de su país.
«Las acciones de la FIFA no me conciernen ya», dijo, aunque reconoció que no puede evitar llamar la atención sobre el hecho de que «estas acciones trasnacionales coordinadas coinciden con las elecciones de la FIFA para elegir un presidente que es universalmente rechazado por la comunidad internacional».
Warner reaccionó a estas investigaciones sin precedentes que salen a la luz a solo dos días del Congreso de la FIFA, el órgano supremo de la organización y compuesto por 209 federaciones, cuyos líderes están congregados estos días en Zurich, donde han tenido lugar los arrestos.
El punto más importante y polémico del Congreso es la elección del presidente de la FIFA y la insistencia del suizo Joseph Blatter en continuar al frente de la organización pese a sus 79 años, de los 16 años que lleva en el puesto y de que la anterior vez que fue reelegido dijo que sería la última.
Su reelección se daba por descontada, pero los sucesos pueden perturbar las ambiciones de Blatter y dar alguna oportunidad a su único rival, el príncipe jordano Ali bin al Husein.
Las acusaciones de corrupción de la FIFA están siendo investigadas en dos casos paralelos pero independientes uno de otro por la Justicia de Estados Unidos y la de Suiza.
La primera investigación fue iniciada por una fiscalía de Nueva York por el supuesto pago de sobornos por más de cien millones de dólares a dirigentes de la FIFA a cambio de que ciertas firmas recibieran los derechos de transmisión, publicidad y auspicio de torneos futbolísticos en Estados Unidos, América Latina y el Caribe.
La segunda investigación judicial es dirigida por el Ministerio Público de Suiza, que la inició el pasado noviembre a petición de la propia FIFA por sospechas de gestión desleal y lavado de dinero en relación con la elección de las sedes de las Copas del Mundo de 2018 en Rusia y 2022 en Catar.
Sin embargo, el portavoz de la FIFA ratificó que los dos mundiales se jugarán en esos países, de los cuales Catar fue el más cuestionado en el momento de su elección, en 2010, por carecer de tradición e infraestructura futbolística, y cuyo clima ha obligado a trasladar el Mundial de 2022 a los meses de noviembre y diciembre.
Se desconoce, por el momento, la identidad o el número de personas contra las que la Fiscalía suiza ha confirmado haber abierto una investigación penal.
EFE
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