El mánager del equipo de béisbol los Marlins de Miami, Ozzie Guillén, pidió hoy perdón por haber dicho que admiraba a Fidel Castro y, en pleno barrio de “La Pequeña Habana”, reconoció haber cometido el “mayor error” de su vida, por el que fue suspendido de empleo y sueldo durante cinco partidos.
“Espero que éste sea el mayor error de mi vida. Si no aprendo de esto, a mis 47 años, aceptaré que me llamen idiota”, dijo el venezolano en una multitudinaria conferencia de prensa en el nuevo estadio de los Marlins, recién inaugurado en el barrio más cubano de Miami (Estados Unidos).
Guillén se estrena esta temporada frente a este equipo de béisbol, muy seguido por la comunidad cubana, y cuando ni siquiera ha pasado una semana del partido inaugural de la liga -que tuvo lugar precisamente en el nuevo estadio- ya ha sido suspendido de empleo y sueldo por cinco partidos.
En una entrevista concedida a la revista Time el exdeportista dijo en inglés: “respeto a Fidel Castro. ¿Sabes por qué? Mucha gente ha tratado de matar a Fidel Castro durante los últimos 60 años, pero ese hijo de… todavía está ahí”, al tiempo que el periodista también le cita diciendo “amo” y “admiro” al exdirigente.
“Lo que quería decir en español, lo dije mal en inglés. Quiero que me miren a los ojos cuando digo esto para que vean que digo la verdad”, dijo hoy con la mano en el corazón y visiblemente afectado en una conferencia de prensa en la que había al menos 30 cámaras de televisión y más de un centenar de periodistas.
Guillén, quien habla inglés aunque tiene cierta dificultad en hacerlo de forma fluida en algunas ocasiones, explicó: “no estábamos hablando de política” y, “quizás, la manera en que yo lo quería decir no salió cómo era”.
En todo momento, insistió en no echar la culpa al entrevistador y asumir que fue un “error personal” al “elegir mal las palabras”.
“Estoy muy decepcionado y muy triste, porque les he defraudado. Me contrataron para gestionar el equipo no para hablar de política”, explicó el venezolano, quien dijo no haber podido dormir desde que el fin de semana saltara la polémica.
Guillén se ha reunido también con exiliados cubanos, entre ellos representantes de las Damas de Blanco. “Les pedí disculpas porque no podía mirarles a la cara. El bochorno era enorme, pero me dieron muchos consejos y me explicaron muchas cosas que yo no sabía sobre el régimen castrista”, explicó, tras reconocer que lloró ante ellos. “Cuando lloro, lloro de verdad”, añadió.
Según argumentó, en la entrevista él quiso expresar su sorpresa por el hecho de que “esta persona, que ha hecho tanto daño y ha hecho sufrir a tanta gente, esté vivo todavía” y “siga al frente de un país”.
“No lo admiro -sentenció-. Una persona así no es digna de admirar. No soy loco. Sé exactamente el daño que ha hecho a tanta gente y no sólo en su país, también a muchos latinoamericanos”.
Durante la rueda de prensa repitió constantemente, tanto en inglés como en español, palabras como “culpable”, “avergonzado”, “estúpido comentario”, “error personal”, “decepción”, “compromiso con la comunidad” y “aprender de los errores”.
“Voy a demostrar con hechos a esta comunidad que estoy con ellos -dijo-, porque estoy convencido de que Cuba y Venezuela tienen un futuro mejor por delante”.
También se comprometió a “ser un tipo de Miami para el resto de mi vida: quiero levantarme por la mañana e ir con la cabeza alta, porque no quiero sentirme tan mal como me siento ahora”.
“Mañana hablaré con el equipo. Espero que los jugadores me entiendan, me perdonen por ponerlos en esta situación, dejen este problema que yo les he causado a un lado y sigan jugando lo mejor posible”, añadió.
Igualmente prometió que, como figura pública, hará todo lo que pueda “para ayudar a que la vida de los cubanos y de los venezolanos sea mejor” y expresó también su rechazo al presidente venezolano: “Prefiero estar muerto que votar por (Hugo) Chávez”.
El deportista reclamó “un segundo chance” y prometió: “Hoy es la última vez en mi vida que hablo de política”, porque “nunca en mi vida había sufrido tanto; nunca he llorado tanto”.
“Ahorita estoy respirando un poco mejor, porque creo que (la comunidad cubana) sabe que hablé de corazón. Espero que esta enorme nube negra quede detrás de mí y pronto podamos empezar a hablar de béisbol”.
El alcalde del condado de Miami-Dade, Carlos Giménez, condenó el lunes las declaraciones del mánager, mientras que dos de los comisionados se pronunciaron también a favor de su dimisión.
Hoy a las puertas del estadio cientos de personas pedían su dimisión, entre ellas Jay Fernández, quien dijo a Efe que “esta ciudad no necesita a una persona como él como modelo para nuestros jóvenes”.
“No creo sus disculpas. Son lágrimas de cocodrilo. Lo ha hecho porque pretende conservar su trabajo”, dijo Fernández, de origen cubano.
Yamilé Nápoles, también de origen cubano, añadió a Efe que “este estadio lo hemos hecho para nosotros, no para que venga nadie a ofender a la comunidad. Es un mentiroso, un hipócrita y ahora no va a dejar de serlo”.
EFE
Foto cortesía dailycaller.com
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