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Guardiola, el Bayern y el problema de la identidad

Pep Guardiola empezará mañana su tercera temporada con el Bayern con la disputa de la supercopa alemana contra el Wolfsburgo y en medio de discusiones sobre su renovación -su contrato vence a finales de esta temporada- y sobre si el Bayern no corre el peligro de perder la identidad.

“El Bayern es y seguirá haciendo los próximos cien años un equipo alemán, no se asusten”, dijo Guardiola en la conferencia de prensa previa a la supercopa.

Esa aclaración había estado precedida de una crítica del ex-entrenador Ottmar Hitzfeld que había dicho en días pasados que el Bayern tenía que tener cuidado de que el alemán siguiera siendo el idioma principal en el club y que fuera sustituido por el español.

Desde que Guardiola llegó al Bayern han fichado por el club bávaro Thiago Alcántara, Juan Bernat, Xabi Alonso y ahora el chileno Arturo Vidal.

Además, uno de los jugadores emblemáticos, Bastian Schweinsteiger, se ha marchado al Manchester United, lo que ha recrudecido la discusión sobre el problema de la identidad.

La cúpula del club se ha esforzado en subrayar que la marcha de Schweinsteiger no tiene nada que ver con Guardiola. “La relación está intacta”. dijo el presidente del Consejo Directivo Karlheinz Rummenigge.

Rummenigge declaró también intransferible a Thomas Müller, pese a varios inocultables enfrentamientos con Guardiola.

Guardiola se esforzó hoy por despejar temores frente a una posible españolización del Bayern y aseguró que seguirá haciendo todas las charlas técnicas en alemán y recordó que los jugadores españoles, y ahora el chileno Vidal, tienen regularmente clases de alemán.

Sobre su renovación el preparador catalán no ha querido decir nada vinculante y se limitó a señalar hoy que todavía no tiene una decisión tomada.

“Todavía no lo he decidido”, dijo hoy Guardiola en Múnich a la vez que rechazó informaciones acerca de supuestas ofertas de otros clubes.

“No he recibido ofertas de ningún otro club del mundo”, aseguró Guardiola.

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Guardiola insistió en que seguirá dando lo mejor por el Bayern y declaró que entiende que el club probablemente no esté satisfecho con él por no haber tomado una decisión sobre su renovación.

“He dado lo mejor de mi y seguiré dando lo mejor. Estoy agradecido de poder estar con este equipo”, explicó.

En todo caso, es claro que la temporada que está a punto de empezar tiene sus dificultades, no sólo por la cuestión de identidad.

El último entrenador que logró completar su tercera temporada en el Bayern fue Ottmar Hitzfeld en su primera etapa, que le alcanzó incluso para cinco ejercicios.

Felix Magath, tras ganar dos dobletes seguidos, fue destituido antes del final de la tercera temporada, Jürgen Klinsmann no terminó ni siquiera la primera y a Louis Van Gaal no le alcanzó el crédito para llegar al final de la segunda.

Jupp Heynckes estuvo dos completas y se fue tras conquistar el triple con lo que le dejó a Guardiola el rasero muy alto.

Para esta temporada, la tarea obligatoria es volver a ganar la Bundesliga. Sería la cuarta consecutiva, lo que ningún equipo ha logrado nunca. El Bayern sin duda es favorito pero tiene competidores que pueden sorprenderle, empezando por el Wolfsburgo.

La afición también espera la Liga de Campeones, lo que resulta claramente más difícil.

En todo caso, la sombra de marcha de Schweinsteiger es algo que pesará sobre esta temporada y de la que Guardiola sólo se puede liberar con éxitos contundentes.

Su relación con Müller -el intransferible- puede mejorar como mejoró la que tiene con Arjen Robben, con el que al comienzo parecía en medio de un conflicto irremediable.

La carta que tiene es que Thiago, el único fichaje que ha pedido expresamente desde que está en el Bayern, podrá jugar esta temporada desde el comienzo. Alrededor suyo Guardiola puede intentar montar el equipo que se imagina, mientras decide el tema de su renovación que tiene a Rummenigge en vilo.

EFE
Lavinotinto.com

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