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Greipel rompe el monopolio de Kittel

El alemán André Greipel (Lotto) rompió el monopolio del esprint de su compatriota Marcel Kittel, con una clara victoria en la sexta etapa disputada entre Arras y Reims, de 194 kilómetros, en la que el italiano Vincenzo Nibali conservó el liderato.

“El Gorila”, un velocista de Rostock, antigua RDA, suplantó al rey Kittel, que vio cortada su racha de tres triunfos al quedar rezagado por un problema mecánico. Ocasión única que agradeció Greipel para ganar en un loco esprint al noruego Kristoff y al francés Dumoulin.

Después del paso por el infierno del pavés la jornada clamaba tranquilidad. Y ésta fue relativa, pues se rodó a 46,3 kilómetros hora. Se cumplió la expectativa de los “guepardos” y los favoritos salvaron el día sin mayores contratiempos, sin cambios en la general y diferencias intactas. Contador y Valverde a 2.11 y 2.37 del “Tiburón” Nibali.

No obstante la felicidad no fue completa. Contador y Porte, ahora líder del Sky, perdieron sendos gregarios: Jesús Hernández y Xabier Zandio. En el caso del español, se quedó sin un amigo personal, su compañero de habitación, un efectivo que tenía “reservado para la montaña”.

La sexta etapa entre Arras y Reims, 194 kilómetros ofrecía un recorrido amable después del castigo de los adoquines, un nuevo peregrinaje por los escenarios de la I Guerra Mundial. Cementerios y monumentos refrescan la memoria de aquel triste acontecimiento, que marca la vida cotidiana de los habitantes de estas zonas.

Especialmente emotivo fue el paso por el Camino de las Damas, a 69 kilómetros de meta. Allí murieron miles de soldados franceses y alemanes y el Tour se unió a la efemérides portando “bleuets”, flores que simbolizan la memoria y la solidaridad. Un total de 80 ciclistas y tres campeones de la “grande boucle” murieron en la contienda: Faber, Petit Breton y Lapize.

En el Camino de las Damas se unió al pelotón el Presidente de la República, François Hollande, para acompañar la carrera en el coche del director hasta Reims.

Por tan legendario lugar marchaban escapados los aventureros del día, enfrascados en una batalla perdida de antemano. El “Lince andaluz”, Luis Ángel Mate, el holandés Leezer y los franceses Pineau y Gérard, quienes decidieron ir al frente desde la salida, desafiando una larga llanura de casi 200 kilómetros.

Una ilusión irreal la de los aventureros porque por detrás había prisa por anular la escapada, hecho que se concretó a 17 de meta, aunque “El lince” se rebeló unos cuantos kilómetros más. Un esfuerzo que tuvo premio, pues subió al podio para recoger el premio al más combativo de la etapa. Y el marbellí tan feliz.

Quedaba el último tirón. Las torres de la Catedral de Notre Dame de Reims asomaban en lontananza, una joya gótica de la ciudad de Champaña que sirvió de faro para un grupo desatado en la batalla por la victoria.

Las caídas y el ritmo frenético cortó el pelotón. Entre los afectados estaba el gran favorito, Marcel Kittel, obligado a levantar el pie antes de tiempo. Un caramelo muy goloso para sus rivales, que vieron abierta la puerta del cielo.

El Tinkoff de Contador y el Omega de Tony Martin se encargaron de eliminar intrusos, y luego la locura. Todos querían sitio para lanzar a su estrella. Lucha de trenes en busca de la sucesión de Kittel. El Katusha lanzó el envite para Kristoff, pero el Lotto le sacó el órdago con Greipel. Y le ganó la partida.

Greipel, también conocido como “Popeye” por su “mazas” firmó su sexta victoria en el Tour y la decimotercera de la temporada. Un respiro para el campeón de Alemania. La supremacía de Kittel estaba resultando ya insoportable.

La séptima etapa unirá Epernay y Nancy a través de 234 kilómetros, jornada larga con dos cotas insignificantes al final. Si Kittel no se queda cortado optara al póquer. El Tour sigue por el frente de batalla.

EFE
Lavinotinto.com 

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