A finales del mes de mayo de 2013, el Caracas Fútbol Club hizo oficial la contratación del delantero uruguayo de 27 años de edad Javier Guarino, quien venía de hacer una destacada campaña con el Real Esppor Club (14 goles entre Torneo y Copa Venezuela), y desde entonces las expectativas que se levantaron alrededor de su persona.
Javier es nativo de Salto (localidad uruguaya ubicada a unos 600 kilómetros al norte de Montevideo) es de esos que prefieren que sean otros los que lo juzguen. Sin embargo, de sí mismo, en el aspecto más personal, se atreve a asegurar: “Yo me considero un hombre muy abierto, muy sencillo, humilde, de los que no le gusta llamar la atención. Soy muy familiar, y me gusta estar con mis amigos, compartir, así como también hacer nuevas amistades”.
“De Uruguay extraño todo, y lo primero es el tema de la familia y los amigos, el compartir con ellos. Las costumbres y las comidas también, aunque al final todo se basa en el núcleo familiar” afirmó.
Su día a día es un completo ejercicio que le ayuda a mitigar esas añoranzas por su país: “Al llegar de los entrenamientos tengo la oportunidad de almorzar con mi esposa Daniela. Después duermo una siesta. En la tarde preparamos alguna merienda, un mate, algo tranquilo y, si tenemos la posibilidad, salimos a caminar a algún centro comercial”.
Del tiempo que ya lleva en Caracas, Guarino ha aprendido a dejarse maravillar por algunas zonas. “Me ha gustado bastante el Ávila. Es un lugar muy lindo y turístico, así como el pueblito de Galipán”.
“Hemos ido a varios zoológicos como los de El Pinar y Caricuao , sin negarse, obviamente, al placer de disfrutar de una buena película en el cine”. Aseguró.
Caracas es otra ciudad
La transición que le ha tocado vivir a Javier Guarino de Salto-Uruguay a Caracas-Venezuela es considerada por el propio jugador como brusca, pero no nueva: ” las costumbres son bastante diferentes, y lo explica con un ejemplo: Allá se acostumbra a ir a casa de los demás, a juntarse por lo menos tres veces a la semana en casa de alguien y compartir más a un estilo familiar. Acá no”.
“Me pasó cuando me fui de Salto a Montevideo, a Defensor Sporting. Es algo que siempre pasa. El tema del ambiente del fútbol no varía mucho, pero el extrafutbolístico y lo social sí“, asegura.
Sin embargo, la buena recepción que ha tenido en Venezuela le ha aligerado ese tipo de cargas: “Acá me tratan muy bien, y al tener un buen recibimiento de los compañeros, un excelente ambiente de trabajo, eso facilita el hecho de estar lejos”.
Con metas claras de niño
Javier Guarino ya sabía, desde muy corta edad, lo que le depararía la vida. Al menos tenía el deseo, la ambición, la convicción: “Desde que tuve uso de razón mi meta era ser futbolista. Recuerdo que desde niño -6 o 7 años- yo lo decía. En la escuela, cuando nos preguntaban qué queríamos ser y mis compañeritos respondían médicos, arquitectos, etcétera, yo decía que quería ser futbolista”
Tomado de prensa del Caracas FC
Foto: Caracas FC
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