La renuncia de Ramón Díaz como entrenador del River Plate, flamante campeón, volvió a poner en escena la dificultad que tienen los clubes argentinos para sostener proyectos a largo plazo.
En su tercer ciclo al frente del conjunto millonario, el técnico más ganador de su historia volvió a cerrar un ciclo abruptamente tras una consagración, como lo había hecho en 2002 con José María Aguilar como presidente.
Las diferencias con los actuales directivos de la institución, la imposibilidad de reforzar la plantilla junto con la necesidad de vender jugadores al exterior, y la falta de respaldo fueron los motivos que marcaron otro adiós de Ramón Díaz
Poco importó el título logrado en el torneo Final, tras seis años sin festejos, o la Superfinal ganada ante San Lorenzo para seguir apostando por un ciclo que apenas duró un año, cinco meses y quince días.
Con la salida de Ramón Díaz del River Plate, el fútbol argentino suma su tercer técnico campeón que deja su cargo tras un título luego de las partidas de Gerardo Martino en Newell’s Old Boys y Juan Antonio Pizzi en San Lorenzo.
Si bien en estos últimos dos casos el final de los ciclos se debió a la partida de ambos técnicos a la Liga española, la estadística señala que de los 20 entrenadores de la Primera división del fútbol argentino el de mayor antigüedad es Ricardo Zielinski en el Belgrano con cuatro años en el club cordobés.
La partida de Ricardo Gareca al Palmeiras brasileño tras cinco años y medio en Vélez Sarsfield marcó un hito difícil de imitar o igualar en las tierras gauchas.
El antecedente más prolongado en la Primera división del fútbol argentino había sido José ‘Pepe’ Romero en All Boys, con seis años y dos ascensos en su haber.
Esta situación genera la rotación constante de entrenadores en los clubes argentinos y que algunos técnicos regresen entre dos y tres veces a una misma institución.
Carlos Bianchi en Boca Juniors, Ramón Díaz en River Plate, Miguel Ángel Russo en Rosario Central, Reinaldo Merlo en Racing Club, Pedro Troglio en Gimnasia y Esgrima La Plata, Claudio Borghi en Argentinos Juniors, Gustavo Alfaro en Arsenal de Sarandí o Ricardo Caruso Lombardi en Quilmes son algunos de esos casos
Las urgencias de los resultados, la falta de solvencia económica, las dificultades para mantener a plantillas, la cotización de los técnicos argentinos en el exterior y la incapacidad de sustentar un proyecto son algunos argumentos que determinan esta realidad.
EFE
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