La entrada en escena de los brasileños Marcelo y Kaká cambiaron la cara de un Real Madrid que dominaba sin pegada y acabó asestando un golpe decisivo a los cuartos de final, despertando del sueño al modesto Apoel que no disparó en ninguna ocasión a Iker Casillas (0-3).
El Real Madrid acaricia las semifinales de Liga de Campeones por segundo año consecutivo. En Nicosia ofreció una exhibición de personalidad ante un rival menor. Para el Apoel ya era histórico disputar unos cuartos de final, sus carencias salieron a relucir, sin posesión, sin ataque, solo limitándose a defender.
El Real Madrid se sentía tan superior que José Mourinho buscó sentenciar la eliminatoria y lo consiguió. Era el duelo de un gigante de Europa ante un modesto y el partido lo reflejó, el Apoel luchador, en un día fiesta para su afición; no tenía nada que perder pero nadie le dejó ser valiente.
Mourinho sorprendió tanto en su apuesta por un jugador sin ritmo de competición como Nuri Sahin así como por mantener el tridente formado por Cristiano Ronaldo, Gonzalo Higuaín y Karim Benzema. Sin Xabi Alonso, sancionado, a Sahin le faltó ritmo pero dirigió el equipo con criterio, buena visión cuando hubo desmarques de Cristiano pero con poco que hacer ante la pasividad del resto.
Pese a que la posesión era del Real Madrid desde el inicio y no se produjo un inicio de presión en el infierno que pretendía crear la afición chipriota, el fútbol era previsible en el primer acto. La ambición de Cristiano mostraba el camino, en ocasiones precipitándose, como el primer disparo a puerta a los siete minutos, pegado a la banda izquierda.
La defensa del Apoel se mantenía en pie, sin excesivos apuros ni con la lesión de Marcelo Oliveira que tuvo que dejar su sitio a Kaká a los trece minutos. El portero Chiotis respondía bien a un disparo de Benzema y otro de Özil, que enganchó un zurdazo de la lucha de Higuaín en un balón aéreo.
Sahin no tiene ritmo pero le sobra personalidad, por ello asumió el lanzamiento de las faltas al área y vio bien un desmarque de Cristiano, que apostó por potencia antes que colocación y se topó con Chiotis a los 28 minutos. Cinco después cambiaron los papeles, fue el turco el que dio el desmarque y lanzó el pase de la muerte a Benzema que perdonó a portería vacía por un mal bote.
En la segunda parte la posesión fue aún mayor para el Real Madrid. Superó unos minutos de imprecisión que no provocaron llegadas a la portería de Casillas, el capitán fue un aficionado más. Los esfuerzos de Ailton, el mejor del poco fútbol del Apoel, que bajó todos los balones y los aguantó como pudo ante Ramos y Pepe, no tuvieron compañía.
El primer gol abriría el partido y daría vía libre para sentenciar la eliminatoria, para ello Mourinho tuvo que mover fichas y acertó en los cambios lo que falló de inicio. Marcelo dio profundidad y Kaká encontró los espacios para inventar, de los dos nació el primer gol de Benzema, de cabeza a los 76 minutos.
Era el momento de subir de marcha, el Apoel acusaba correr tras el balón y cuando se abrió mínimamente recibió un duro castigo, Chiotis salvaba una clara ocasión de Cristiano a placer y sacaba como podía un disparo de Özil, Marcelo volvió a aparecer para desbordar por banda y asistir a Kaká en el segundo tanto.
Y por si no estaba todo sentenciado Benzema cerró la cuenta marcando sobre la hora tras un pase perfecto de Özil, con siete goles en ‘Champions’ ya es el máximo goleador madridista en el camino de la ‘Décima’, reivindica su papel de protagonista en su gran año.
– Ficha técnica:
0 – Apoel: Chiotis; Poursaitides, Oliveira (Kaká, m.13), Paulo Jorge, Boaventura; Nuno Morais, Helio Pinto (Solari, m.72), Charalambides, Trickovski, Alexandrou (Sousa, m.46) ; y Ailton
3 – Real Madrid: Casillas; Arbeloa, Pepe, Ramos, Coentrao (Marcelo, m.63); Khedira, Sahin (Granero, m.84), Özil; Cristiano Ronaldo, Higuain (Kaká, m.63) y Benzema.
Goles: 0-1, m.76: Benzema. 0-2, m.82: Kaká. 0-3, m.90: Benzema.
Árbitro: Felix Brych (ALE).
Incidencias: encuentro de ida de los cuartos de final de Liga de Campeones, disputado en el GSP de Nicosia lleno, ante la presencia de 23.000 espectadores.
EFE
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