El director deportivo del Dakar, el español Marc Coma, reconoció que “nadie se imaginaba” una consolidación tan exitosa de la prueba en Latinoamérica, a la que se mudó hace una década por problemas de seguridad en el norte de África.
“Nadie en 2009 se imaginó que el Dakar se podía consolidar de esta manera en Sudamérica. Al menos para mí, honestamente, era muy difícil de imaginar”, dijo Coma, en una entrevista con motivo de la presentación en París de la mítica prueba, que cumple su 40 aniversario en un recorrido que incluye a Perú, Bolivia y Argentina.
El español, ganador de las ediciones de 2006, 2009, 2011, 2014 y 2015 en la categoría motos, recordó los 4 millones de espectadores que asistieron a la edición de 2017 y consideró que una de las claves del éxito es que se trata de una prueba accesible a todos los ciudadanos.
Después de su retirada, Coma cumple su tercer año como director deportivo de la considerada como prueba más dura del mundo, que se desarrolla entre el próximo 6 y 20 de enero.
“Es una edición histórica por ser el 40º aniversario y porque el recorrido nos hace soñar. Es un recorrido que no se ha perfilado nunca en Sudamérica”, aseveró el antiguo piloto, de 41 años.
Coma destacó de la edición de 2018 las dunas peruanas, a las que hace cinco años que la carrera no había ido.
“Este año hemos hecho un gran trabajo a nivel de exploración y hemos trabajado con el Gobierno de Perú para evitar todo tipo de polémica con el tema arqueológico. Es un trazado de ensueño”, insistió.
De entre las 14 etapas, alertó de la dureza de la quinta, entre San Juan de Marcona y Arequipa, en las que los pilotos se enfrentarán a montañas de dunas durante 30 kilómetros.
En la segunda semana, apuntó como claves la octava etapa, entre Uyuni y Tuzipa, ya en territorio boliviano, y en Argentina la duodécima, en las dunas de Fiambalá y la decimotercera, entre San Juan y Córdoba.
En esta edición, como en la anterior, las modificaciones en el reglamento que favorecen la navegación y refuerzan la necesidad de orientarse siguen en pie, explicó Coma.
Aunque asumió que Sudamérica no está agotada, reconoció que hay otras zonas como China, Oriente Medio y alguna parte de África más pacificada que podrían también acoger un Dakar, aunque esta posibilidad sería en el medio plazo.
Un posible regreso al recorrido original del Dakar está de momento descartado.
“Hay algún país en el que la situación (de seguridad) está mejorando, como Marruecos, una parte de Argelia, Senegal, pero el contexto global es un poco límite para albergar una carrera de la magnitud del Dakar”, aclaró.
En esta edición habrá 515 participantes de 54 nacionalidades, repartidos en 190 motos y quads, 100 autos y 42 camiones.
El participante más joven es el argentino Agustín Rojo, de 19 años.
En la especialidad de motos, el catalán Coma no ve “un favorito”.
“Está (Sam) Sunderland, que es el actual ganador, pero la verdad que este año ha hecho una temporada un poco frágil”, sostuvo.
El español Joan Barreda, con un equipo como Honda, tendría que estar luchando por la victoria final -que aún no logró-, aunque es cierto que “está saliendo de una lesión”, recordó Coma.
“Tenemos buenas expectativas (para la comitiva española), no solo está Barreda”, indicó el director deportivo, quien citó a Juan Pedrero, a Armand Monleón, Laia Sanz (una de las once mujeres que participa) y Gerard Farrés.
En coches, señaló a Peugeot como favorito, aunque avisó que tampoco hay que descartar a Toyota ni a Mini, que “han trabajado muy bien durante el año”.
Precisamente, en Mini correrá el español Nani Roma, vencedor de la edición de 2014, y en Peugeot el también español Carlos Sainz, ganador en 2010.
“En autos, Carlos Sainz es uno de los claros favoritos”, juzgó Coma, quien analizó el estilo de ambos.
Roma es “un piloto muy consistente y regular, seguramente no es tan rápido como Carlos Sainz, pero tal vez sea un poco más consistente”, opinó.
Para los coches, “la clave será cómo se adaptan a Perú. Allí habrá descartes en los primeros días”, vaticinó.
EFE
Foto: Archivo
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