El Granada afronta desde este viernes, cuando abre la liga española ante el Athletic Club, una campaña tan ilusionante como exigente, ya que será la primera de su historia en la que dispute competición europea aunque se fija como meta una nueva permanencia en el campeonato doméstico para poder asentarse en la máxima categoría nacional.
El entrenador del Granada, Diego Martínez, ya ha advertido durante la pretemporada de que es “una quimera” repetir los resultados de la pasada campaña, cuando en su regreso a la primera y contando con el tercer menor presupuesto de la categoría el cuadro andaluz fue capaz de acabar séptimo y, además, alcanzar de forma brillante las semifinales de la Copa del Rey.
Haber dejado el listón tan alto el curso anterior, unido al hecho de tener que jugar tres competiciones y de estrenarse en la Liga Europa teniendo que pasar tres eliminatorias previas a partido único para alcanzar la fase de grupos, provoca que la campaña venidera se presente como tremendamente dura para los nazaríes.
Para quitar presión y dejar las cosas claras antes de empezar, el preparador rojiblanco ya ha dicho por activa y por pasiva que el único objetivo es alcanzar la permanencia para que el club pueda asentarse y seguir creciendo en la élite.
No obstante, todo el mundo en Granada sueña con, sino repetir, al menos acercarse al sensacional papel de la pasada temporada tanto en el campeonato doméstico como en la Copa y en poder, como mínimo, alcanzar la fase de grupos en la Liga Europa.
Para lograrlo ha conseguido el Granada, al menos hasta ahora, mantener la mayoría del bloque que tenía, y promete luchar hasta el final del mercado estival para conseguir el regreso del destacado delantero sevillista Carlos Fernández.
Por lo demás, ha logrado que vuelvan cedidos el central Jesús Vallejo y el medio venezolano Yangel Herrera; ha ejercido la opción de compra sobre los franceses Dimitri Foulquier y Maxime Gonalons, y ha conseguido, al menos hasta ahora, que no se marche ningún jugador con contrato en vigor de los que componen su columna vertebral.
Más allá de comenzar el curso en España y Europa con buenos resultados, el gran objetivo de las próximas semanas, aparte de buscar la citada vuelta de Carlos Fernández, será retener a los portugueses Rui Silva y Domingos Duarte, jugadores clave para el técnico y que son deseados por otros conjuntos.
En el capítulo de fichajes, han llegado hasta ahora el medio Luis Milla y el joven extremo Alberto Soro, dos de los mejores jugadores las dos últimas temporadas en Segunda, y el veterano punta Jorge Molina, que formará con Roberto Soldado, a la espera de que llegue otro punta, la delantera más longeva del fútbol nacional y, posiblemente, mundial.
Diego Martínez, el gran artífice del éxito rojiblanco los dos últimos años, hará historia en el banquillo del Granada al empezar su tercera temporada consecutiva en el equipo, algo que ningún otro preparador ha conseguido en el club andaluz en el siglo XX.
Si la presencia del joven preparador gallego es casi un seguro de vida para el Granada, habrá que ver cómo afecta al equipo la ausencia de público en el Nuevo Los Cármenes, ya que el cuadro granadinista fue el pasado curso, hasta la llegada del coronavirus, uno de los mejores locales de la categoría y su afición casi un jugador más.
El estreno europeo provoca que la temporada venidera sea, a la vez, una de las más ilusionante pero también de las más exigentes para el Granada en toda su historia. El terreno de juego hablará a partir de este viernes.
EFE
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