Las habituales incertidumbres aumentaron pero el fútbol venezolano se las arregló para mantenerse a flote tras un año desde que el covid-19 llegó al país y la pandemia llevó a la cuarentena.
El 12 de marzo de 2020 hubo una triple suspensión: las eliminatorias sudamericanas, la Copa Libertadores y el torneo nacional -en vísperas de un Caracas-Táchira- se paralizaron.
La Vinotinto tenía como recién presentado seleccionador al portugués José Peseiro, quien tuvo que aguardar hasta octubre para debutar y con una doble fecha premundialista. Además de la reprogramación de las eliminatorias, la Copa América fue enviada a 2021.
El técnico se devolvió a su país y desde allí pasó a ser un recurrente usuario de las plataformas digitales para mantenerse en contacto con jugadores, federativos y periodistas.
En octubre, la selección de Venezuela arrancó el camino a Catar con una clara derrota ante Colombia, en la que pagó caro varias descoordinaciones. Un mes después, en el triunfo ante Chile de la cuarta jornada, se notaron los primeros rasgos positivos.
Apenas unos días atrás, el 6 de marzo de 2021, la Vinotinto sufrió un nuevo revés, con la suspensión de la quinta y sexta fechas de eliminatorias. Ahora está a la espera de programar algún amistoso sin los jugadores que militan en Europa y que la Copa América de Colombia y Argentina se mantenga en pie.
La declaración de pandemia agarró a Caracas FC y Estudiantes de Mérida fuera de Venezuela, en viajes de Libertadores. Jugaron y regresaron. La espera para volver al torneo se prolongó hasta septiembre, con dos meses de entrenamientos antes del reinicio de la competición. Lo hicieron con triunfos el mismo día -algo inédito para el fútbol venezolano desde 1984-.
A ambos equipos les alcanzó para ser terceros de grupo y jugar una llave más en la Copa Sudamericana, en la que tuvieron rápidas y discretas despedidas.
Las Copas de 2021 ya están en marcha, aunque a tres de los ocho participantes les tocó mudarse al estadio Olímpico capitalino por las exigencias de la Conmebol de escenarios y bioseguridad.
La Temporada 2020 atravesaba las primeras fechas de su maratónico calendario hace un año. El torneo se paralizó y los dimes y diretes empezaron. Por semanas no se supo si seguiría o no, hasta que en mayo se canceló. El nuevo capítulo fue el de decidir qué hacer para que hubiese liga profesional antes de final de año, en medio de agrios debates que incluyeron a la FVF.
Los equipos regresaron a los entrenamientos presenciales entre junio y julio. Un nuevo torneo, en una «burbuja», finalmente inició en octubre para la primera división y en noviembre para la segunda.
Deportivo La Guaira pescó en río revuelto y fue campeón, en un torneo corto en el que Caracas y Deportivo Táchira fueron a dar al mismo grupo. UCV FC dio la nota en el ascenso, marcando su regreso a la élite tras más de 30 años. En medio de las flexibilizaciones que dispusieron las autoridades nacionales, el público tuvo acceso en algunos partidos.
En abril se espera que inicie la Temporada 2021 de la primera división, con un formato por regiones y en principio sin «burbuja», mientras la segunda está en vías de definir su torneo.
Los vinotintos en el extranjero no fueron ajenos a la nueva realidad mundial de cuarentenas, positivos por coronavirus, restricciones de viaje y partidos con estadios vacíos. Desde las casas, los aficionados apoyaron los logros de los Herrera, Machís, Soteldo, Graterol, Ramírez, Rondón, entre otros.
Soteldo llegó a ser el más sonado, cuando en enero pasado con el Santos brasileño perdió la final de la Libertadores.
A principios de 2021, una alta cifra de jugadores dejó el torneo criollo para probar suerte en otras ligas. La lista de legionarios aumentó una vez más y la presencia de jóvenes protagonistas en el ámbito doméstico también.
Uno de los más afectados por las detenciones fue el fútbol femenino. En 2020 no hubo torneo nacional, de hecho se jugó a principios de 2021 y con solo cuatro equipos. La migración de jugadoras al exterior continuó, mientras la Vinotinto femenina no tuvo partidos y la sub-20 vio como el Sudamericano, en el que tenía serias aspiraciones mundialistas, fue cancelado.
Ya en 2021, la Vinotinto de futsal tomó forma de nuevo, para preparar el Mundial de Lituania. Las categorías juveniles no tuvieron tanta suerte, sin Mundiales y Sudamericanos, dos módulos para la sub-20, y con los torneos nacionales sin disputarse desde hace más de un año.
La FVF vivió un capítulo aparte. Laureano González renunció justo antes de la pandemia. Su sucesor, Jesús Berardinelli, convivió con constantes problemas los meses siguientes. El dirigente falleció en agosto, por lo que la FIFA nombró una junta normalizadora, con González al frente. El proceso electoral está en marcha, acompañado de los rutinarios cuestionamientos y alianzas.
El fútbol venezolano se refugió en un nicho que no le es desconocido: las redes sociales. Y hubo de todo. Peleas, recuerdos, solidaridad, acompañaron meses en los que el fútbol por radio sufrió un fuerte golpe que permitió la consolidación del streaming, con la gran mayoría de los partidos de primera y segunda división, además de la liga femenina, transmitidos.
Así como no dejó de levantar dudas, el balompié criollo no dejó de generar información, porque siguió su marcha con altas y bajas, buenas y malas noticias, mientras se hizo normal usar mascarilla y mantener la distancia.
Javier Rivera
Foto: Archivo
Lavinotinto.com