El debut de la Vinotinto de Peseiro fue peor de lo que pudiera imaginar. Un equipo disperso, sin conexiones, superado en todos los aspectos. Colombia se impuso con facilidad.
Hubo múltiples complicaciones en la convocatoria y llegada de los jugadores, es cierto. Pero había jugadores como para plantearle un mejor partido a Colombia.
Desde el arco, había inseguridad. Faríñez no fue el mismo de siempre. Los laterales (sobre todo Ronald) fueron desbordados constantemente. Mucha libertad para llegar a pisar el área venezolana, floja recuperación y sin relevos de los mediocampistas.
Chancellor fue el más flojo de la pareja de centrales, frente a sus ojos pasaron dos goles, no tuvo reacción.
El partido fue mal planteado desde el inicio. Tres volantes ofensivos que fueron islas, no se conectaron para crear jugadas y se tropezaban con Córdova, que se alejaba del área para tocar el balón.
Los dos recuperadores estuvieron muy distantes, Colombia pudo manejar la pelota en la mitad y con velocidad fueron superados.
Cambios inexplicables y tardíos. Con un partido abajo los dos primeros cambios son solo de jugador x jugador, manteniendo el esquema que no resultaba.
Los dos cambios siguientes fueron jugadores defensivos, lo que se pudiera justificar en una amistoso para probar, pero no en un partido de eliminatorias que hay que remontar.
Fue un mal debut, una goleada que rememoró a la cenicienta que estaba enterrada. Es solo el inicio, hay tiempo de enderezar el rumbo y limpiar la imagen. El partido ante Paraguay representa esa oportunidad.
Por @juanrutilo
Lavinotinto.com
Fotos FVF