Túnez y Burkina Faso abre en el estadio de la Amistad de Libreville los cuartos de final de la Copa de África en los que cuatro de los grandes favoritos se enfrentaran entre ellos.
Además del Senegal-Camerún y el Congo-Ghana (el encuentro quizá más atractivo) esta ronda incluye un incierto Egipto-Marruecos que garantiza la presencia de al menos una selección del norte de África en semifinales.
“Las Águilas de Cartago” llegan al duelo con Burkina Faso como uno de los equipos más goleadores del torneo (seis tantos) y como una de las sorpresas al haber dejado en la cuneta a sus vecinos argelinos.
La escuadra que dirige Henryk Kasperczak no brilló, sin embargo, hasta el momento: comenzó con una merecida derrota frente a la Senegal de Sadio Mané (Liverpool) y simplemente aprovechó la fragilidad defensiva para vencer a Argelia.
Frente a Zimbabue volvió a dar muestras de su inconsistencia en la retaguardia: el central del Valencia Ayman Abdelnour mezcla luces con demasiadas sombras y la lesión de su guardameta titular, Aymen Mathlouthi (Etoile de Sahel), le dejó muy debilitado.
Pero también de su efectividad de cara al marco rival, asido a un Wahbi Khazri que parece haber recuperado el nivel que tenía cuando lo fichó el Sunderland y al momento dulce que vive Yusef Msakni (Lehwiya), que hizo despertar incluso el interés del Olimpique de Marsella.
Burkina Faso afronta el partido en una situación similar, con solo un triunfo en su haber (frente a la debutante Guinea Bissau) y dos empates que le sirvieron para eliminar a la anfitriona y adelantar a una Camerún en construcción.
Préjuce Nakoulma (Kayserispor) y Bertrand Traoré (Ayax) lideran el ataque de un equipo consistente y versátil que presentará dura batalla en un encuentro sin claro favorito.
Apenas tres horas después, Senegal y Camerún librarán el segundo duelo en Franceville, en un encuentro en el que la presencia de Sadio Mané da una pequeña ventaja a los “leones de Teranga” sobre los “leones indomables”.
El delantero de los “Red” marcó en los dos primeros partidos, en los que los de Aliou Cisse se garantizaron el pase con sendos 2-0 sobre Túnez y Argelia, y vio el tercero desde la grada por precaución debido a unas molestias.
Mané regresará casi con toda seguridad al once titular con todas las miradas puestas sobre sus piernas.
La de los senegaleses en espera de que repita las dos grandes intervenciones del inicio del torneo y lidere a su equipo hasta su segunda final (la primera la perdió precisamente con Camerún en 2002 en una dramática tanda de penaltis).
Y la de los aficionados “red” con el deseo probablemente secreto de que sean los cameruneses los que triunfen y su estrella vuelva a casa.
Máximo goleador este año en el Liverpool con nueve tantos, los de Anfield Road solo ganron un partido desde que se marchara a Gabón y fueron eliminados de la Copa y perdido el ritmo ganador en la Liga.
Enfrente tendrá un equipo en formación, que se mostró sólido en la fase de grupos pero que no llegó aún al nivel que se espera de uno de las selecciones más potentes del continente, con cuatro títulos continentales en su haber.
Como Burkina Faso, los “leones indomables” hicieron lo mínimo para pasar: vencieron con dificultades (2-1) a la débil Guinea Bissau y firmaron sendos empates con Gabón (0-0) y la propia Burkina (1-1).
Para el domingo 29 de enero se reserva el plato fuerte. Expertos y analistas africanos coinciden en que, Senegal aparte, del duelo Congo-Ghana saldrá el otro favorito para la final, a disputar en Libreville el 4 de febrero.
Los congoleños mostraron un enorme potencial en ataque (seis goles, tres de ellos del máximo goleador del torneo y una de las sensaciones del mismo, Junior Kabananga) y ciertas dudas en defensa.
Las “estrellas negras”, por su parte, se mostraron como un equipo sólido, con un poderoso Thomas (Atlético Madrid) en el centro del campo y mucha dinamita arriba (aunque de momento mojada), con los hermanos Jordan (Aston Villa) y André Ayew (West Ham) y la veteranía de un clásico africano como es Asamoah Gyan (Al Ahli).
Aún así, fue el balance defensivo lo que le dio a los de un discutido Avram Grant el pase a los cuartos de final: un solo gol en contra, el de la derrota frente a Egipto.
Los cuartos de final se cerrarán en Port Gentil con un clásico del fútbol norteafricano: la Marruecos del talismán Hervé Renard (único técnico extranjero con dos títulos) frente a la Egipto de Héctor Cúper y Mohamad Salah.
“Los faraones” confían en velocidad y la experiencia del atacante de la Roma, que parece recuperado de su lesión, y del talento que aportan en el centro del campo Mohamad el Eneny (Arsenal) y el joven Ramadán Sobhi (Stoke City), una de las promesas que más brilló hasta ahora.
Además de la experiencia de Renard, las esperanzas de Marruecos de avanzar hacia un título que se le resiste desde 1976 pasan por la armada de la Liga: Munir, portero del Numancia, encajó solo dos goles; Faysal Fajr (Deportivo) se hizo con las riendas en el centro del campo.
Y Youssef En-Nesyri (Málaga) demostró porqué es una de las promesas más interesantes del norte de África.
EFE
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